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DOLOR CRÓNICO IV: Frente a la epidemia, voltear a ver y arreglar la casa

  • Foto del escritor: Javier Cruz
    Javier Cruz
  • 8 abr
  • 12 Min. de lectura

Actualizado: 26 abr


Quienes sufren en cuerpo y mente la pandemia del dolor crónico, que en México padece una cuarta parte de su población, no dudarían en vender su alma al diablo, o pagar grandes fortunas, a cambio de sentir un poco de alivio.


Javier Cruz / 4 Vientos



El molusco Conos Magus, del cual se obtuvo un compuesto que dio origen a un fármaco contra el dolor crónico, el Ziconotide, diez veces más potente que la morfina (Imagen: Kevin Lee).
El molusco Conos Magus, del cual se obtuvo un compuesto que dio origen a un fármaco contra el dolor crónico, el Ziconotide, diez veces más potente que la morfina (Imagen: Kevin Lee).

Ensenada, B.C. México, martes 8 de abril de 2025.- Ese anhelo a contar con medicamentos adecuados y a costos accesibles, es alcanzable si ocho científicos mexicanos tienen éxito en los laboratorios donde actualmente trabajan de manera esforzada para extraen sustancias poderosamente analgésicas.


En el caso de Baja California, la investigación se enfoca en un caracol que vive en el Mar de Cortés y en un escorpión endémico del norte de la península.


De momento, quienes trabajan con caracoles marinos en los Estados Unidos ya tienen un caso de éxito: a partir del veneno contenido en moléculas de un molusco conocido como Conos Magus, se obtuvo un compuesto que dio origen a un fármaco, el Ziconotide, diez veces más potente que la morfina para atenuar el dolor persistente en pacientes con enfermedades terminales o crónicas.


“Ese medicamento es, hasta el día de hoy, el único que quita totalmente el dolor crónico, sobre todo el neuropático, sin el desarrollo de la adicción o dependencia que genera la droga opiácea”


La información es de la doctora Nadia Lizeth Caram Salas, investigadora adscrita al Departamento de Innovación Biomédica del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE).


Este tipo de caracoles explicó la especialista que en Latinoamérica es la única que trabaja con el veneno de moluscos prosobranquios, ofrecen un ejemplo de triunfo terapéutico con el desarrollo del Ziconotide, fármaco aprobado en 2004 por la FDA, agencia gubernamental de Estados Unidos responsable de la regulación de alimentos y medicamentos humanos y veterinarios.


Ella forma parte del selecto grupo de ocho científicos mexicanos que por años trabaja en la creación de una alternativa médica nacional que ayude a elaborar fármacos de alta eficiencia, de bajo costo y accesibles a la población económicamente más vulnerable.


¿Qué impide a estos científicos lograr sus metas en el menor tiempo posible?


La repuesta es demoledora: el frustrante y habitual abandono presupuestal en que se desempeña la ciencia y la tecnología del país.



La invasiva y costosa bomba de Infusión Intratecal que se utiliza para suministrar medicamentos contra el dolor directo a la médula espinal del paciente (Imagen: Captura de pantalla en Youtube).
La invasiva y costosa bomba de Infusión Intratecal que se utiliza para suministrar medicamentos contra el dolor directo a la médula espinal del paciente (Imagen: Captura de pantalla en Youtube).

LA PARADOJA ENTRE GOBIERNO Y CIENCIA


En septiembre de 2021, una noticia generó esperanza a las víctimas de dolor crónico, enfermedad que en México sufren entre 27 y 32 millones de personas.


El doctor Juan Carlos Torres, algólogo intervencionista de la Clínica del Dolor del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre, del ISSSTE, informó a través de periódicos nacionales que, “como parte de las medidas para reducir el dolor crónico e incapacitante”, el sector Salud adoptaría el uso de “una nueva tecnología”, denominada “Bomba de Infusión Intratecal”, con la cual se podían “aplicar fármacos directamente a los nervios que transmiten esta sensación”.


Omitió el funcionario aportar un dato determinante.


El costo de aplicación de esa tecnología en México, que basa su efectividad en el uso de Ziconotide, ascendía en 2022 a por lo menos medio millón de pesos; es decir, estaba fuera del alcance de los enfermos de clase media y baja, quienes conforman la inmensa mayoría de los pacientes que atiende el sistema nacional de Salud.


Peor aún. Lizeth Caram, quien es doctora en Farmacología y Terapéutica Experimental por el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional, alertó sobre el alto riesgo que implica para el paciente someterse a la costosa operación.


La “bomba de Infusión Intratecal”, explicó la científica, se coloca en la médula espinal haciendo una incisión permanente de siete centímetros de longitud “por lo que aumenta el riesgo de infección del receptor”.


¿Existe otro método de suministro del fármaco al paciente? ¿Necesariamente se tiene que hacer un corte en la médula espinal para bombear el medicamento a los nervios que transmiten la sensación de dolor?


El problema, explicó la especialista, es que se trata de un compuesto químico que no puede cruzar la barrera hematoencefálica, que es un sistema de protección contra la entrada de sustancias extrañas formada por células especiales (endoteliales) que recubren los capilares del cerebro, por lo que sirve para controlar y restringir el paso de sustancias tóxicas que entran en la circulación sanguínea y el fluido cerebral.


Por ello, el medicamento se debe administrar con una bomba intratecal (de infusión), procedimiento que demanda cirugía altamente invasiva y costosa, cuidados especializados postoperatorios y personal altamente calificado.


En suma: un procedimiento carísimo porque requiere comprar la nada barata bomba, pagar la cirugía, los honorarios de los especialistas y los cuidados al paciente que son necesarios para disminuir el riesgo de que éste adquiera una infección.


Adicionalmente, hasta 2024 sólo existía un centro hospitalario en México, que se ubica en Monterrey, Nuevo León, con capacidad para poner la bomba de infusión y el catéter que permite administrar Ziconotide de manera segura y programada.


Subrayó la experta:


“Estamos hablando de algo que puede costar medio millón de pesos y que no sería costeable para el sistema público de salud, y menos para el paciente común y pobre de nuestro país”.


Juan Carlos Torres, especialista en dolor y funcionario del Sistema Nacional de Salud, en su declaración a la prensa, nada dijo sobre los ocho científicos mexicanos -entre ellos la doctora Caram- que han dedicado muchos años al trabajo científico, de campo y laboratorio para dar a México la posibilidad de elaborar fármacos nacionales de alta eficiencia, económicos y sin daños secundarios que destrozan la calidad de vida de los pacientes.


Y lo hacen motivados por el compromiso ético, profesional y social que tienen con la nación.



El doctor Vinicio Granados, vanguardia en México en el desarrollo de investigación nacional para enfrentar la pandemia del dolor crónico (Imagen: Cinvestav).
El doctor Vinicio Granados, vanguardia en México en el desarrollo de investigación nacional para enfrentar la pandemia del dolor crónico (Imagen: Cinvestav).

¡HUELUM! LA CIENCIA Y LA CONCIENCIA SOCIAL


El doctor Vinicio Granados Soto, investigador del Laboratorio de Neurobiología del Dolor que administra el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), es reconocido por sus colegas como el más fuerte y experimentado investigador molecular del dolor en el país.


Granados es fuente de inspiración para una generación de neurobiólogos moleculares mexicanos que trabajan en los sistemas nerviosos periféricos y centrales, los cuales regulan la transmisión de información dolorosa.


El Cinvestav, su Alma Mater, destaca tres hallazgos relevantes logrados por su notorio egresado:


1) El dolor en los diabéticos se genera por la producción de metilglioxal, un compuesto muy reactivo y subproducto de la glucólisis que a su vez activa la respuesta integrada al estrés del enfermo.


2) El receptor GABAA a5, un importante neurotransmisor inhibidor del sistema nervioso central, puede ser un blanco para desarrollar analgésicos más efectivos en mujeres.


3) Los virus, aparte de la infección, producen dolor mediante la producción de interferón tipo 1, un subgrupo de proteínas que ayudan a regular la actividad del sistema inmunológico.


Con esa información, el grupo de trabajo que dirige el director del Laboratorio de Neurobiología del Dolor del Cinvestav, desarrolló dos modelos de dolor relacionados con la prediabetes y la diabetes, los cuales son útiles para entender el malestar de origen diabético.


El equipo de científicos mexicanos altamente calificados que encabeza Vinicio Granados de igual forma estudia, en diferentes modelos de dolor experimental -inflamatorio, neuropático y disfuncional-, los mecanismos que conducen a la hiperalgesia, condición en la que una persona desarrolla una mayor sensibilidad al dolor; y a la alodinia, que es la percepción anormal del dolor que nace de un estímulo mecánico o térmico que habitualmente es indoloro.


El doctor, como suele pasar a científicos mexicanos comprometidos con el estudio esencial enfocado en el bienestar de la población, está en espera de mayores recursos públicos que lo ayuden a progresar en la obtención de un fármaco nacional de vanguardia que pueda estar en las farmacias dentro de una o dos décadas.



El caracol marino Californiconus, motivo de estudio de los investigadores del CICESE (Imagen; Dreamstime).
El caracol marino Californiconus, motivo de estudio de los investigadores del CICESE (Imagen; Dreamstime).

DULCES FRUTOS


“El doctor (Granados), quien es mi mentor, ha formado a varios estudiantes. Algunos salieron de México, otros nos quedamos porque no desistimos en nuestro objetivo de aumentar la forma de investigar y ver el dolor en nuestro país”, comentó Nadia Caram, que realiza su investigación en el Departamento de Innovación Biomédica del CICESE.


Ella, junto con el doctor Alexei Licea Navarro, investigador del mismo departamento y ex director de la División de Biología Experimental y Aplicada del CICESE, se asociaron en 2018 para evaluar farmacológicamente dos caracoles marinos y un escorpión endémico del norte de Baja California.


Meses después, la experta dirigió su atención a un péptido (moléculas formadas por la unión de varios aminoácidos) derivado del caracol marino Californiconus, especie que vive en las costas del Pacífico en California y Baja California, caracterizado por originar toxinas que paralizan a sus presas.


El intenso trabajo rindió fruto en el Laboratorio de Desarrollo y Evaluación Preclínica de Sustancias Bioactivas del Cicese, a cargo de la doctora.



Obtuvimos una omega conotoxina con alto grado de selectividad y especificidad a canales y receptores involucrados en la señalización y transmisión del dolor, lo que representa una oportunidad para el desarrollo de nuevos fármacos con efectos menos adversos a la salud humana”.

(Nidia Caram Salas).



Resaltó la trascendencia del hallazgo al comentar que el estudio y desarrollo de analgésicos a partir de los péptidos que conforman el veneno de caracoles cónidos, se incrementaron en los últimos años debido a su alta selectividad y especificidad.


De ahí surgió el éxito terapéutico del fármaco Ziconotide, de gran eficacia para eliminar el dolor crónico sin generar adicción o dependencia en los pacientes.


Imagen demostrativa de una molécula de conotoxina, base de la investigación que realizan científicos mexicanos en el CICECE para combatir el dolor crónico (Dreamstime).
Imagen demostrativa de una molécula de conotoxina, base de la investigación que realizan científicos mexicanos en el CICECE para combatir el dolor crónico (Dreamstime).

MÉXICO TIENE EL REMEDIO EN CASA


Pero a diferencia del costoso, invasivo y riesgoso procedimiento de la “Bomba de Infusión Intratecal”, que como se dijo requiere hacer una incisión permanente en la médula espinal de los pacientes para bombear fármacos a los nervios que generan la sensación de dolor, los científicos del CICESE han logrado importantes avances para crear un mejor medicamento que, además, se aplicaría mediante un procedimiento mucho más sencillo para suministrarlo a los pacientes: una inyección.


El trabajo colaborativo Caram–Licea encontró que la omega conotoxina se puede administrar de manera sistémica –en la vena del paciente por goteo, o en inyecciones locales al canal espinal (intratecal) y al cerebro (intracerebral)–, lo que reduce considerablemente el costo de uso farmacéutico y difunde la medicina con una exposición y toxicidad mínima.


“En animales –ratas y ratones- produjo un efecto analgésico en dos modelos de dolor crónico tipo inflamatorio y neuropático, resultado que fue mayor al que presentaba el Ziconotide, y mejor porque no se observaron efectos secundarios con la dosis más alta de la conotoxina”, reveló la experta.


El hallazgo es incluso superior.


El producto del centro de investigación con sede en Ensenada quita el dolor de manera más rápida y prolongada que el Zinocotide, el cual retira el dolor por tres horas.



"En animales, nuestro compuesto lo quitó hasta por ocho horas; además de ser efectivo en tres modelos de dolor diferentes: agudo, inflamatorio y neuropático”.


La experta tiene la certeza de que la molécula que se identificó en el laboratorio del CICESE, próxima a una patente y a darse a conocer en publicaciones especializadas del mundo, “mejoraría muchísimo la calidad de vida de quienes sufren dolor”.


Su convicción tiene sustento.


En menos de una década, el 60% de los pacientes con dolor “van a ser refractarios”; es decir que aun cuando consuman fármacos antiinfamatorios, antiepilépticos o esteroidales como la dexametazona y la cortisona, ya no van a reaccionar a un tratamiento a menos de que éste sea selectivo y actúe sobre algo que realmente bloquee la transmisión del malestar.


¿Qué precio tendría un medicamento elaborado con su conotoxina y cuándo estaría disponible en el mercado?


“Su precio aún no se estima porque en este momento la síntesis no es barata”, respondió la científica.


Afirmó que una vez que se generen los reactores específicos para producir la síntesis de la conotoxina, el compuesto se podrá elaborar en grandes cantidades y su precio descendería.


"Entonces, el costo-beneficio (del medicamento viable) sería muchísimo mejor."


A finales de 2022, el costo para sintetizar la conotoxina ascendía a 100 mil pesos, recurso que su equipo no conseguía debido a las restricciones presupuestales del gobierno mexicano.


Ahora bien, el tiempo estimado para que el nuevo producto farmacéutico salga al mercado es de 18 a 20 años, pero se reduciría a diez si el gobierno federal se decide a impulsar esta investigación con el soporte presupuestal completo.


En realidad, dijo, se trataba de una baja cantidad de dinero, pero su carencia retrasó el avance del proyecto hasta que en 2023, gracias a un apoyo extraordinario del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencia y Tecnología (CONAHCYT) -“Programas Nacionales Estratégicos de Ciencia, Tecnología y Vinculación con los Sectores Social, Público y Privado”-, se obtuvieron recursos para avanzar no sólo en el caso de la conotoxina, sino también en el desarrollo del estudio multidisciplinario para la búsqueda de péptidos bioactivos del veneno de escorpión endémico Centruroides exilicauda, con potencial terapéutico para el tratamiento de enfermedades crónico y neurodegenerativas


Nadia Caram no esperaba una respuesta favorable del gobierno federal en 2023 porque había escuchado que continuarían las restricciones presupuestales.

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“Y eso es frustrante porque nosotros vamos avanzando aun con todas las limitaciones en nuestra contra”.


Surge entonces la pregunta: a cambio del apoyo del erario, ¿qué tanto avanza en su investigación este grupo de científicos mexicanos que ahora también trabaja en la experimentación molecular para purificar y caracterizar sustancias bioactivas en el veneno del escorpión Centruroides exilicauda?


“Estamos a punto de aislar un compuesto (péptido) del veneno del escorpión. Este año vamos a mandarlo a sintetizar para evaluarlo en modelos de dolor y epilepsia refractaria. Sabemos que este compuesto es muy selectivo y actúa sólo en un canal que es precisamente el encargado de la transmisión del dolor, Al cercarlo se bloquea la transmisión dolorosa. Todavía falta, pero ahí vamos.”



El escorpión Centruroides exilicauda, también conocido como Escorpión de la Corteza Bajeño, es una especie endémico en el norte de la península de Baja California (Imagen: Cortesía CICESE)
El escorpión Centruroides exilicauda, también conocido como Escorpión de la Corteza Bajeño, es una especie endémico en el norte de la península de Baja California (Imagen: Cortesía CICESE)

FRUSTRACIÓN Y MARGINACIÓN


Consciente de la trascendencia social y científica de su investigación, la especialista afirmó:


“Creemos tener algo prometedor que puede beneficiar a la sociedad, pero todo se queda ahí porque nosotros no podemos hacer nada, no podemos promocionarlo sin recursos”. 


Hoy, sin embargo, el grupo de investigación cuenta con un apoyo de aproximadamente tres millones de pesos, dotados por el CONAHCYT entre 2023 a 2025.


Fue uno de los cuatro proyectos que el CICESE obtuvo en la convocatoria del programa Ciencia de Frontera del 2023, en donde la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) también logró seis apoyos grupales de los 116 que ese año el Consejo otorgó a instituciones de investigación, universidades públicas e instituciones de educación superior de todo el país.


Pero estos recursos extraordinarios, comentó la investigadora, son apenas un paliativo a la frustrante limitación presupuestal en la que se desenvuelve la ciencia y la tecnología nacional, que en 2024 alcanzó una inversión total de 148 mil millones de pesos de los cuales el CONAHCYT sólo ejerció 25 mil 722 mil millones para financiar proyectos de investigación y becas a la comunidad científica y tecnológica del país, según informó la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).en enero de este año.


Además, se suma el hecho de que, en el programa sexenal de la presidenta Sheimbaun, la investigación y la inversión para el desarrollo específico de conocimiento científico y elaboración de medicinas nacionales para el dolor crónico, aparentemente todo quedó es espera o de plano marginado.


Esto, en la información oficial hasta hoy conocida, se manifestó así:


En el Informe de los primeros 100 días de Gobierno”, la mandataria dijo que el país se convertirá en una “potencia científica” mediante el impulso a proyectos prioritarios como el auto eléctrico mexicano Olinia, la creación de semiconductores y la instalación de grupos de científicos que trabajarán en aviones no tripulados, métodos de extracción de litio y a la creación de software libre e inteligencia artificial.


Y en la presentación del "Plan México" la doctora Sheinbaum destacó, como parte de los proyectos estratégicos en el sector, el lanzamiento de un satélite mexicano; la creación de un centro de datos; la integración de una red de colaboración para la formación técnica, curricular y continua en educación media superior formada con la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación; el ministerio de Economía, el Tecnológico Nacional, el IPN, la UNAM y el sector empresarial; así como "la producción de medicamentos genéricos y biosimilares".


El olvido preocupa si se contrasta con la estadística nacional relacionada con los millones de mexicanos que sufren o sufrirán dolor crónico: entre 27 a 32 millones de personas.


Todos ellos se podrían beneficiar con la investigación que en el CICESE está enfocada en el uso de innovadores tratamientos contra el padecimiento intenso y permanente que generan enfermedades neurodegenerativas como la esclerosis múltiple y la epilepsia, con resultados de efectividad en la reducción del sufrimiento en animales de –hasta el momento-  el 95 por ciento.



Diferencias en la activación cerebral de sujetos sanos y con dolor crónico (Captura de pantalla en Youtube).
Diferencias en la activación cerebral de sujetos sanos y con dolor crónico (Captura de pantalla en Youtube).

OPORTUNO RECORDATORIO


Ante esta lamentable situación cabe recordar que en sus nuevos lineamientos en cuidados paliativos y la enfermedad del dolor, dados a conocer el 20 de agosto de 2020, la Organización Mundial de la Salud recomendó a los gobiernos del planeta integrar los cuidados atenuantes y la medicina del dolor en todos los planes pertinentes de control de enfermedades y fortalecimiento de los sistemas de salud.


La OMS incluyó a los analgésicos en la lista de “remedios esenciales” para adultos y niños, como una estrategia mundial clave “sobre cobertura sanitaria universal, enfermedades no transmisibles y servicios de salud integrados y centrados en la persona”.


La organización también recomendó a los Estados miembros mejorar el acceso a medicamentos para cuidados paliativos y dolor, mediante el mejoramiento de los reglamentos y sistemas de suministro nacionales.


A los gobiernos, la OMS hizo también el llamado a reforzar las investigaciones que se realizan en ciencia y tecnología orientadas a enfrentar la epidemia del dolor que asola a millones de personas.


En este aspecto puntualizó dos lineamientos:


A.- El suministro de recursos adecuados para programas e investigaciones sobre cuidados paliativos y medicina del dolor, especialmente en países dotados de recursos escasos.


B.- Crear modelos basados en pruebas sobre cuidados paliativos y fármacos para el dolor que sean eficaces en contextos de ingreso bajo y mediano.


Se trata de reflexiones esenciales en las que México debe sustentar, a mediano plazo, una industria farmacéutica nacional, vigorosa e independiente, apuntalada en políticas públicas acertadas, oportunas y de vanguardia que enfrente con éxito y humanismo la pandemia de dolor crónico que sufre entre el 20 y 25 por ciento de su población.


Y para ello sólo tiene que voltear a ver y arreglar la casa.


Es decir, apoyar a los científicos, ordenar al sector y crear las políticas públicas necesarias y accesibles a todos para combatir de manera eficiente al dolor crónico, fortalecer los tratamientos paliativos y motivar la creación de consorcios multidisciplinarios regionales que resuelvan problemas locales.



CONSULTA EL CAPÍTULO III AQUÍ

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