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SALTO CUÁNTICO: Xóchitl y la esencia del conservadurismo

“La idea de lo sagrado es simplemente una de las ideas más conservadoras en cualquier cultura, ya que busca convertir las otras ideas - la incertidumbre, el progreso, el cambio - en crímenes.”

Salman Rushdie

 

¿Cómo ayudar a Xóchitl Gálvez? Es muy sencillo, no votando por ella. Es urgente que salga de la escena política del país porque es muy triste observar su eterno desmoronamiento: Si quieres a Xóchitl, no votes por ella; solo estarías perpetuando su triste final diario.

 

José Luis Treviño Flores* / Edición 4 Vientos



Xóchitl y sus famosos chicles (Imagen: Por Esto).



Es muy importante tener sentido humano y ayudarle a que deje de exhibirse, de exponerse; es de vital importancia ayudarle a desaparecer de la vida pública.


Sabemos que Claudio X González no va a tener misericordia de ella. Seguirá utilizándola, ridiculizándola, arrojándola a las inmisericordes redes sociales.


Por su parte, el PRI, el PAN y el PRD, en su voracidad y ambición desmedida, igualmente le han ido desmembrando la poca imaginación que tenía poniéndole en cada una de sus presentaciones un chícharo y un telepromter.


Sus asesores parecen divertirse escribiéndole errores terribles y obvios; pereciera que se desternillan de risa viendo como una mujer sin iniciativa `propia repite al pie de la letra cada palabra escrita para que haga el ridículo.


Por eso insisto: ayuda a Xóchitl, ten sentido humano y no permitas que se acerque ni una rayita más en las encuestas. Solo estarías alentando a que México no sea misericordioso con los vulnerables y tristes personajes que la ultraderecha utiliza sin pensar un ápice en su dignidad.


Una presidente no puede, no debe tener ese perfil, ese lastre inmundo salido de lo más podrido del conservadurismo. México no merece el mote de “abusivo”.



Un personaje limitado, mal armado en su perfil social (Imagen: NBC News).



En cada debate su mirada perdida, furiosa, revela la impotencia por no poder expresar con palabras lo que no trae, lo que no sabe, lo que no piensa. Es tan triste verla barajear sus fichas y sus carteles sin saber qué trae entre las manos: quizás un libro que no leyó, un escrito que no es suyo, una mueca mal ensayada o un vestuario forzado.


Cuando la ultraderecha nacional se dio cuenta de su error con ella, ya era tarde. Ya la habían ensalzado, ya la habían encumbrado, ya la habían presentado como el “fenómeno” que en realidad nunca fue.


Hoy, apenas se reunió con la crema y nata de los intelectuales orgánicos. “¡Anden, vayan, acompáñenla!”, de seguro exigió, desesperado, el líder conservador del PRIAN, Claudio X González.


Y ahí están, en una foto por demás de caricatura, Enrique Krauze, Aguilar Camín y otros seudo periodistas como Agustín Basave y la desubicada novelista Ángeles Mastreta. Sí, ellos y algunos más que, por décadas, recibieron jugosas participaciones del erario escribiendo fábulas de los “grandes logros” de sus amos, enalteciendo reformas constitucionales y legales apátridas; encubriendo desfalcos.


Pero pensándolo bien Xóchitl representa precisamente la podrida mata de la ultraderecha, Es el fruto maduro de una clase oligárquica y política decadente.


Cada signo arrojado por ella se convierte en un significante burdo, en la huella ancestral de los conservadores y una esencia invocada desde lo más profundo de su escorial oculto, adornado con oropel y promesas falsas, súper masticadas y escupidas por el pueblo del que abusaron.



Xóchitl y el dirigente nacional del PRI. Sinónimos de corrupción y cinismo (Imagen: Daniel Augusto / Cuartoscuro).



No, no puedes ayudar a Xóchitl. Ella ya está condenada y será puesta en el basurero de la historia junto con sus creadores y sus titiriteros.


Contaron mal su melodrama. ¡Era mejor el de Peña Nieto y su Gaviota! Al menos éstos se esforzaron con un cuento de hadas fallido. Ahora ni siquiera fue un mal cuento: fue una fábula mal contada y sin moraleja. 


México merece más, mucho más y no un burdo personaje sacado de lo más profundo y retorcido de la oligarquía nacional. Es una burla, un atentado a nuestra inteligencia el que los conservadores hayan puesto a Xóchitl Gálvez como candidata de la derecha.


Tan solo pensar en que los oligarcas nos observan a través de Xóchitl y creen que así es el pueblo de México, resulta insultante, pero verlos aferrarse a su fallido proyecto, que caminan como si nada bajo la lluvia en piso mojado, confirma que no tienen salida de su propia trampa, que simplemente no han evolucionado.


Están estancados en la esencia de su definición: Conservadores.



“Un conservador es un hombre demasiado cobarde para luchar y demasiado gordo para huir”.

Elbert Hubbard


 

* José Luis Treviño Flores es profesor y activista social en Juárez, Chihuahua, en donde es subdirector académico de la Secretaría de Educación Pública.

 

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