Es de analizar el reporte que emitió el Departamento de Estado de la Unión Americana sobre la situación de los derechos humanos en los países del llamado Tercer Mundo, evaluación hecha por una de las mayores potencias del planeta.
Alfonso Torres Chávez* / Edición del texto: 4 Vientos
La hipocresía del vecino (Imagen en elciudadano.com)
Desde finales de la Segunda Guerra Mundial el país vecino se ha vuelto una especie de árbitro internacional en donde se castiga a todos y los únicos no evaluados son ellos mismos.
Es más, tasan de acuerdo con los criterios de una ley interior que ellos armaron sin consultar a nadie y es así, unilateralmente, como ordenan sus reportes anuales respecto al respeto de los derechos humanos en las naciones que, para ellos, son inferiores.
Dicho esto, hay que recordar que los derechos humanos son UNIVERSALES. Y el concepto lo escribo en mayúsculas porque en México hay graves problemas en materia de respeto a esos preceptos fundamentales para la humanidad.
Nuestra historia reciente nos enseña que no se puede predicar con el ejemplo. Lea usted: en un artículo anterior ya hablé de las trivialidades y “excesos majestuosos” de Luis Echeverría Álvarez.
Pero debo destacar que, en su sexenio, el gasto público fue excesivo, lo que sucedió igualmente durante el gobierno de José López Portillo, con lo cual ambos mandatarios vulneraron infinidad de derechos de los mexicanos.
En el caso de la administración pública de Echeverría, insisto, esto fue la constante: convertir todo acto público en un convite, que además implicaba gastos suntuosos como un viaje a China y otro a Argentina, ambos justificados como “visitas de Estado”.
De hecho, hay quienes consideran que no es tonto decir que fuera de la construcción de instituciones como el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), el Fondo Nacional para el Desarrollo de la Danza Popular Mexicana (FONADAN), y otras cosas de orden administrativo, fue lo único rescatable del sexenio echeverrista.
El asesino agente de la CIA (Foto: Agencia AFP).
Además, durante su gobierno (1970-1976), México se acercó a países con una ideología socialista como China, estableció relaciones amistosas con el gobierno de Salvador Allende y, en Cuba, con el gobierno de Fidel Castro.
Igualmente, en julio de 1976, su gobierno dio un golpe letal al derecho ciudadano a la información y a las libertades de prensa y expresión de los periodistas del diario Excélsior que dirigía Julio Scherer García: un grupo de cooperativistas progobiernistas y pandilleros expulsó del periódico capitalino al prestigioso periodista y a un grupo fundamental de sus trabajadores y colaboradores.
Antes, en ese mismo año, el mandatario priista se valió del agravio agrario que los pueblos yaquis enfrentaban con el gobierno mexicano desde la época de Porfirio Díaz, para expropiar las tierras de poderosos terrateniente y pedir la renuncia del gobernador sonorense Carlos Armando Biebrich, creando un serio conflicto político incluso a nivel internacional.
Y al final del sexenio, Echeverría trato de postularse para ser cabeza de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y promovió un pronunciamiento público respecto a la concesión a su persona del Premio Nobel de la Paz.
En ambos casos fracasó y tuvo que entregar el poder en medio de grandes escándalos de corrupción en el manejo del gasto público, y una grave crisis económica que concluyó en una recesión que incluyó una gran devaluación del peso frente al dólar y el inicio de la descarada intervención del Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) en la economía nacional.
Así, Luis Echeverría es un claro ejemplo de cómo en México, desde hace décadas, se violan impunemente los derechos humanos de los ciudadanos.
Por cierto, Estados Unidos NUNCA condenó al priista ni a su sucesor, ambos agentes de la CIA (Agencia Central de Inteligencia) antes y durante su función como presidentes de México, por violar de manera flagrante los derechos humanos de millones de mexicanos.
* Alfonso Torres Chávez es maestro en Derecho y asesor en materia de amparo y derecho constitucional. Académico en el Centro de Estudios Universitarios Xochicalco (Ceux) y colaborador de 4V. Correo electrónico: Alfonso.torres@inpocipe.edu.mx
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