top of page
Foto del escritor4 Vientos

SALTO CUÁNTICO: Xóchitl Gálvez vive el sueño de "Chava" Flores

Claudio X nunca se dio cuenta de que AMLO puso a Xóchitl en la candidatura. Los conservadores son tan predecibles que el presidente sabía muy bien que iban a caer redonditos en la jugada.


José Luis Treviño Flores* / Edición 4 Vientos

 

 


Y en eso quedó: en la botarguita de las cachetadas (Foto: Canal del Congreso de México).


 

Los moderados pensaron que la mujer a la que el mandatario más se refería en las mañaneras, en un aparente ataque mediático que ni siquiera era contundente, sería imparable si la designaban candidata de la derecha a la Presidencia.


Bastó con ignorarla y no permitir que entrara a Palacio Nacional para dar un espectáculo mediático absurdo que montaría gracias al amparo judicial que un juez federal, también conservador, le otorgó con el pretexto de ejercer su derecho de réplica a los ataques del presidente Andrés Manuel López Obrador.

 

La derecha que comanda Claudio X González cayó en la trampa y el magnate, con lo poco que conoce al pueblo mexicano, pensó que una mujer adicta al lenguaje vulgar, vestida de seudo indígena, sin pelos en la lengua para decir barbaridades, además por ser mencionada, ignorada o abiertamente puesta en la mesa de Las Mañaneras de manera coloquial o política, sería la perfecta opción y némesis de Claudia Sheinbaum Pardo.


Ahora que arrancaron formalmente la campaña electoral por la Presidencia, es terrible observar el abismo de preparación política, científica, social y de capital cultural entre ambas candidatas.


Xóchitl Gálvez, de no haber guion de por medio, no tiene argumento alguno al hablar. Es imposible que arme una frase propia con un contexto profundo que no sea para insultar o decir sandeces. Igual sus discursos elaborados se antojan falsos, fríos y sin arco argumental.


¿Por qué los conservadores aceptaron a tal candidata? La respuesta es simple: hicieron caso al presidente y se tragaron el cuento del “peligro” que era Xóchitl para la 4T.


Ya en plena campaña no saben cómo encontrar un cerebro para su triste candidata. Simplemente, cuando habla sin guion, echa a perder el argumento señalado por sus asesores. Y si lee el guion termina opinando fuera de todo contexto. Así, ¡no hay manera!

 


Su máximo legado a la retórica política de 2024 (Imagen en temu.com).


 

No existe escenografía, montaje o dirección escénica que salve una personalidad dañada en lo profundo por una ideología mediocre y sin arraigo popular. Pueden acompañarla incluso los grandes potentados y seguiría siendo la triste, vulgar y desencajada candidata, víctima de sus propios creadores.


¿Dónde ponerla? ¿Cómo presentarla? ¿Bajo qué aparato mediático?  ¿A qué personalidad de élite mundial le pueden poner al lado que dé cierto brillo a su enorme opacidad? ¡No hay! ¡No existe!


Como siempre, se volvieron a equivocar terriblemente. Es que no pueden hacer otra cosa porque no saben hacer otra cosa. Van a repetir el mismo esquema porque un conservador no tiene aristas, no tiene esquinas; es redondo, vacío y sin creatividad.


Él solo sabe de conspiraciones y ataques; son mustios, arrogantes y agresivos cuando no logran controlar a quienes los rodean. Ya lo dije antes: son en extremo peligrosos cuando se saben perdidos en su monumental ego. Y entonces buscan desprestigiar y castigar,


Entonces, no es posible que perciban el enorme error que cometieron por haber elegido la propuesta de Andrés Manuel López Obrador. Creerán que perdieron por culpa de la 4T, no por su oscura y vacía candidata.


Pero eso sí, les encanta presumir que, al no haber discurso, ¡hay dinero! De eso sí que saben hablar, pero solo mientras la lana fluye ya que una vez que se cierran arcas, ¡se acaba la lealtad!


Por ello debe haber dialéctica en cada decisión tomada. La democracia burguesa que aun ostentamos busca transformar el fondo social; no obstante, jugamos en la cancha de la economía mundial.

 


Al terminar un mes de campaña, no tiene oportunidad alguna de ganar (Foto: El Universal Querétaro).



No somos China para negociar aranceles en igualdad, ni somos Cuba para resistir pese a todo. Somos México, un país que tiene bien aprehendido y aprendido el vasallaje. No podemos cantar victoria definitiva en la transformación social, política, económica y cultural.


Aun nos marea el discurso conservador y muchos piensan que el libre mercado es la panacea del desarrollo. Creen poder hacerse ricos con la lotería o vendiendo gelatinas, pero lo cierto es que Xóchitl Gálvez no tiene oportunidad alguna de ganar.


Bueno, a menos de que caigan en la trampa de siempre: en el individualismo arraigado, en el miedo por el otro, en la incertidumbre histórica y en la falacia de poner todo en la fe, la esperanza y la caridad-


Soñar, vamos, como la canción de Chava Flores, o vivir entre los muertos de Juan Rulfo, o como en el Águila o Sol, de Octavio Paz.


Así, no puedo dejar de mencionar la máxima de Karl Marx:


"Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo".



* José Luis Treviño Flores es profesor y activista social en Juárez, Chihuahua, en donde es subdirector académico de la Secretaría de Educación Pública.

73 visualizaciones0 comentarios

Comments


bottom of page