En materia penal y penitenciaria parece que los expertos brotan de las aguas mansas. Decía mi buen amigo el doctor Luis Rodríguez Manzanera, que, en materia penal, todo mundo opina con una autoridad descomunal.
Alfonso Torres Chávez* / 4 Vientos
El modelo de seguridad de Xóchitl Gálvez, que se inspira en el de Nayib Bukele, no convence a la mayoría de los mexicanos (Foto: El Clarín).
En mis años de andanzas académicas he aprendido algunas cosas. La primera es que la política y el derecho no tienen precisamente un muy buen matrimonio que dijéramos.
Saber de derecho y saber de política no es lo mismo, aunque a veces lo parezca. A lo políticos se les llena la boca emitiendo opiniones a diestra y siniestra, lo que los hace caer en una o varias ridiculeces.
La última de doña Xóchitl Gálvez, la candidata presidencial del "Prian", fue acudir a una notaría para registrar un compromiso de campaña que antes había firmado con sangre en un acto público, Claro, sólo cumplirá ese compromiso si gana las elecciones de este año.
Pero firmar con sangre solo confirma una cosa: que en México la política es un circo que está muy alejado de la seriedad con la que se debe enfrentar la política pública del país.
En segundo término, emitir opiniones sobre megaproyectos cuando aún se es candidato, de plano es soñar despierto.
Porque tratar de construir una mega cárcel es tanto como pedirle peras al olmo, como dijo el maestro Octavio Paz y que es algo que ahora analizo.
La mega cárcel del presidente salvadoreño Bukele; cuando el autoritarismo se populariza (Foto: nuso.org).
Hay que revisar las cifras para darse cuenta de la realidad, Los que estamos al corriente de lo último en investigación judicial y sistemas penitenciarios, sabemos que no es posible construir un sistema carcelario lleno de ilusiones ópticas que más bien se parecen a las historias románticas de Corín Tellado, que a la realidad de un país asolado por la inseguridad.
Basta para muestra un botón. En 2017 se invirtieron 4,738 millones de pesos en infraestructura penitenciaria, pero los reos y administradores de las cárceles mexicanas siguen viviendo en ellas un infierno.
Los costos de mantenimiento en un país con una infraestructura quebrada, como sucede en el nuestro, se basan en hacer lo más con lo menos.
Estamos hablando literalmente de estirar el presupuesto lo máximo posible, de tal forma que se hacen verdaderos milagros con poco o nulo dinero; o sencillamente se estira aún más lo que ya existe, pero sin resolver de fondo el problema.
Ejemplos sobran: ahí está el penal de La Mesa, en Tijuana, Baja California, que en los meses de noviembre y diciembre de 2013 padeció una plaga de pulgas y los encargados del local se encontraron con el problema de la falta de presupuesto para emprender el inmediato saneamiento de la cárcel.
Los que somos penitencialistas vemos en los reclusorios "una posibilidad hacia la redención social de los reclusos", palabras de Concepción Arenal quién dedicó su vida a estudiar las penurias penitenciarias.
Pero sobre el tema pronto habrá más.
* Alfonso Torres Chávez es maestro en Derecho y asesor en materia de amparo y derecho constitucional. Académico en el Centro de Estudios Universitarios Xochicalco (Ceux) y colaborador de 4V.
Correo electrónico: Alfonso.torres@inpocipe.edu.mx
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