Los esfuerzos hechos el año pasado en Ginebra, Suiza, por la Secretaría de Relaciones Exteriores (Sre) ante la Cites, el organismo mundial que regula el comercio de las especies amenazadas. para impedir que se detuviera la exportación de tres mil 148 especies mexicanas en riesgo, son considerados "un éxito" porque México podrá seguir vendiendo especies listadas en la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna Silvestre.
Horacio de la Cueva* / Edición de texto 4V
Vaquita marina con cría, imagen en Radio UABC.
El logro ante el consorcio es una victoria pírrica para México, para la conservación, para la biodiversidad y para el uso sustentable de nuestros recursos.
¿Cómo se dieron las negociaciones? ¿Por qué no es un éxito para la conservación en riesgo? ¿Algo se obtuvo para el desarrollo sustentable del país? ¿Qué significa el acuerdo para el futuro de las especies en peligro? La respuesta debe considerar que México no ha hecho lo suficiente para impedir que mueran ahogadas las vaquitas marinas en las redes agalleras de los pescadores ilegales de totoaba.
La Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio), un organismo regulador independiente, es la representante de México ante la Cites, pero no participó en la negociación. ¿Por qué ignorar a esta organización, su conocimiento y su capacidad de negociación en foros biológicos internacionales? Y también subrayo que los expertos mexicanos en el estudio de la Vaquita tampoco fueron consultados.
Las sanciones a México de la Convención o de cualquier otro organismo internacional, no preocupan a los pescadores piratas de totoaba ni a la red de traficantes en el mercado negro que los sostiene. Solo acciones concretas, tangibles, que penalicen ejemplarmente la pesca y el tráfico ilegal del buche del pez endémico, detendrán esta actividad asesina, así como al mercado que lo consume.
Es en esta situación donde el gobierno mexicano debe actuar porque es ahí donde están fijos los ojos de organismos como la Cites, la Comisión Ballenera Internacional (Cbi) y un gran número de instituciones civiles y personas preocupadas y ocupadas por la probable extinción de un millón de especies a nivel mundial,
Desde la perspectiva de Marcelo Ebrard, el extitular de la Sre, el éxito más importante de sus acciones en la Convención de Ginebra fue demostrar su capacidad de negociación y así mantener viva su lucha sin cuartel por obtener la candidatura a la Presidencia en 2024, ambición que finalmente no logró.
Algunas de las 3,148 especies mexicanas en riesgo (galería en Milenio).
Lo cierto es que a este personaje político poco o nada le importa, no le quita el sueño, el futuro de las tres mil 148 especies incluidas para México en la lista de alerta del tratado internacional, en la que se incluye la Vaquita Marina y la Totoaba, así como las comunidades pesqueras que dependen de la captura de peces y mariscos en el Mar de Cortez.
Para la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), que tiene bajo su responsabilidad la conservación de la pequeña marsopa endémica y otras especies en riesgo, todo en Ginebra sirvió para ganar tiempo.
Espero que ahora sí esta dependencia federal elabore y ponga en práctica un programa tangible, realista, que ponga fin a la captura de totoaba, e implemente la prohibición absoluta de la pesca dentro de la zona de "Cero Tolerancia", donde habitan las 10 vaquitas que han sobrevivido a pesar de la corrupción que impera en torno a su último refugio, en donde sabemos que aún se reproducen.
La Semarnat debe hacer esto en coordinación con autoridades internacionales y nacionales aplicando con rigor acciones eficaces en contra del tráfico de especies en riesgo. Además, debe promover la diversificación económica de San Felipe (Baja California) y Santa Clara (Sonora) en el Alto Golfo de California.
Hasta ahora, esta secretaría no demuestra ante la Cites y otras autoridades de Estados Unidos, que ya puso en marcha un programa que revierta eficientemente la extinción de la Vaquita, e impida la pesca de Totoaba.
Asimismo, debe coordinarse con la Sre y otras autoridades mexicanas para atender las posibles medidas que el gobierno estadounidense imponga en su mercado a la importación de productos pesqueros mexicanos; esto mediante la aplicación unilateral de su ley de protección a mamíferos marinos, conocida como Marine Mammal Act.
Un guardacostas mexicano interviene a un grupo de pescadores en el Alto Golfo de California (Foto: Cortesía Secretaría de Marina).
De igual forma es necesario entender que en el tema hay dos consecuencias opuestas para México, tanto nacional como internacionalmente.
En el plano mundial, nuestro país ha jugado un papel preponderante en la conservación de mamíferos marinos. Sería un gran desprestigio perder a una especie mexicana mientras exigimos que los países balleneros no cacen cetáceos en aguas nacionales como internacionales.
Por otra parte, rescatar a la vaquita y a la totoaba, así como dar vida económica a las dos poblaciones humanas que dependen de la pesca en el Alto Golfo, puede convertirse en un cambio de paradigma del desarrollo sustentable en México.
Para esto es necesario entender, de una buena vez, que salvar a la vaquita de la extinción es crear un México sustentable.
Destaca también que, en el plano nacional, la Semarnat logró retrasar la suspensión de la exportación de las 3,148 especies mexicanas en peligro y no tuvo que lidiar con las comunidades y empresas que, con toda razón, hubieran protestado por el colapso de una de sus fuentes, quizá la única, de ingresos.
¿De quién hablamos? De aquellos que se dedican a todo tipo de pesquerías, artesanales e industriales, porque simplemente no podrían vender su mercancía en Estados Unidos.
Los únicos no afectados, en todo caso, son los que se dedican a la explotación "pirata" de la totoaba, quienes a su vez abonan a la extinción de la marsopa más pequeña del planeta.
* Horacio de la Cueva Salcedo es doctor en Filosofía (Zoología) por la University of British Columbia, Canadá. Es también investigador titular del Departamento de Biología de la Conservación en el Cicese. Especialista en Biomecánica, conservación de Especies y Ecosistemas, Asimismo, es divulgador de la Ciencia y colaborador de 4V.
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