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MUSA VERDE: Una pregunta a los candidatos: ¿Cuál es el futuro de la energía mexicana?

El petróleo y Pemex son parte de México. Seguimos celebrando la expropiación petrolera hecha por Lázaro Cárdenas en 1938, acción de gobierno que permitió al país explotar este recurso.

 

Horacio de la Cueva* / Edición 4 Vientos


Crear un futuro energético para México no es sólo promover el desarrollo y uso de energías alternativas “para todos”. Es también promover el uso más sustentable de la energía (Imagen: El Sol de Yucatán).



Como muchos otros recursos y servicios en nuestro país, el petróleo se convirtió en el negocio particular de políticos y líderes sindicales, y aún sigue siendo parte de las noticias nacionales cuando un incendio, una fuga o una explosión nos hacen reflexionar acerca de la importancia que reviste la cantidad de energía que guarda el petróleo y lo que representa en nuestro quehacer cotidiano.


Somos dependientes del petróleo no sólo por los ingresos que genera y lo que representan esas divisas en nuestra economía, sino también porque mueve al país al ser todavía nuestra principal fuente de energía.


Esta realidad es insustentable porque el petróleo, el carbón y el gas natural se van a acabar; y si no buscamos alternativas, pronto podemos quedarnos colgados de la brocha, sin industrias, hospitales, alimento, transporte, etcétera.


Los hidrocarburos también siguen siendo noticia común asociada a la corrupción. Ahí están las averiguaciones sobre dinero entregado a legisladores que iban a votar a favor de una reforma que facilitó aún más la inversión privada extranjera en la industria petrolera y en la energía alternativa.


Se trataba de una recompensa indebida otorgada a los legisladores para facilitar las ganancias a los inversionistas extranjeros.


En las cámaras legislativas y en la prensa local y nacional todavía se discuten las consecuencias y los costos de una nueva reforma energética que, si bien limita la inversión extranjera en energías alternas, con huella de carbono mínima, asimismo promueve el uso de carbón y petróleo para la producción de energía en las paraestatales CFE y Pemex.


Por su parte, la oposición cuestiona el costo de las compensaciones monetarias a pagar por incumplimiento y/o violación de contratos firmados por el gobierno mexicano al amparo de los tratados comerciales internacionales.



En noviembre de 2019, la Comisión Federal de Electricidad adjudicó a un consorcio privado la modernización de 9 hidroeléctricas con un contrato que ascendió a 892.9 millones de dólares. Sí, continúa el gran negocio para unos

cuantos en el sector energético mexicano (Foto: CFE).



Así, presenciamos un diálogo de sordos donde hay poco de razón y muchos problemas de entendimiento y comunicación en los contrincantes facciosos.


Se trata de grupos que se asumen como las únicas posiciones existentes en cuanto al uso, generación, propiedad, derechos y consecuencias del uso de cualquier fuente de energía.


No veo la inquietud por parte de algún partido político, o agencia gubernamental que busque promover el uso de energías alternativas de forma autónoma por la familia que vive en una casa o en una comunidad.


Tampoco veo una oposición clara a la energía nuclear, siempre con la sombra de poder provocar graves consecuencias a la humanidad por el potencial y persistente daño físico o ambiental que genera cualquier accidente ocurrido en sus instalaciones.


Ya he postulado que es posible y deseable generar energía solar, eólica o minihidráulica de forma descentralizada y para autoconsumo en el hogar Y no veo por qué no podemos promover esa autonomía en las industrias.


Tampoco veo que el Consejo Nacional de Humanidades, Ciencia y Tecnología (CONHACyT) promueva el desarrollo de las técnicas de energía sustentable.


Existen, debo reconocer, campos experimentales de energía solar y hay estudios para obtener energía de olas y mareas, pero son proyectos que hasta ahora no tienen la prioridad y los recursos que necesitan.



Los combustibles fósiles, no renovables, incluyen el carbón, el petróleo y el gas natural. Suministran alrededor del 80 % de la energía mundial y proporcionan electricidad, calor y transporte, al tiempo que alimentan los procesos de fabricación de una enorme variedad de productos, desde el acero hasta los plásticos (Imagen: iStock).



Repito, los combustibles fósiles se van a acabar y debemos estar listos para afrontar airosamente la ocasión.


Igualmente, no me queda claro cuáles son o serán las fuentes de energía que se aplicarán en el futuro de México; más no tengo duda de que no serán los combustibles fósiles.


Sin embargo, continuar con el uso del petróleo y sus derivados sin objetarlo ni promover nuevas fuentes autónomas de energía alternativa -como lo hacen los gobiernos y las instituciones políticas-, es traicionar el futuro de México, es venderlo a intereses personales, políticos, económicos y financieros a corto plazo.


Crear un futuro energético sustentable para México no es sólo promover el desarrollo y uso de energías alternativas “para todos”. Es también promover el uso más sustentable de la energía.


¿Dónde están las leyes que requieren vehículos más eficientes? ¿Dónde están más y mejores incentivos para promover el uso de energías sustentables? ¿Dónde está la promoción del consumo de productos locales antes que foráneos, lo cual disminuye el costo del transporte? ¿Dónde están las plataformas políticas realmente comprometidas con el bienestar social mediante el uso sostenible y sustentable de fuentes autónomas de energía?


No espero que los gobiernos, los legisladores, los políticos, las industrias y otros negocios tradicionales promuevan el cambio hacia un futuro energético sustentable.

Sólo pido que exijamos el cambio a los que hacemos ahora.


Sólo pido que apoyemos con nuestras acciones, nuestro dinero y nuestras buenas palabras a todas aquellas personas y negocios que promuevan, con sus acciones y productos, el uso sustentable de la energía.

Sólo pido y espero que empecemos en casa.

 

 

* Horacio de la Cueva Salcedo es doctor en Filosofía (Zoología) por la University of British Columbia, Canadá. Es también investigador titular del Departamento de Biología de la Conservación en el Cicese. Especialista en Biomecánica, conservación de Especies y Ecosistemas, Asimismo, es divulgador de la Ciencia y colaborador de 4V.

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