¿Ejerciste tu voto? ¿Valió la pena votar? Independientemente de por quién hayas votado, ¿tu sufragio tuvo que ver con el futuro del ambiente, de las especies y del cambio climático?
Horacio de la Cueva* / Edición 4 Vientos
Ahora, a exigir una clara y contundente agenda ambiental para beneficio de todos los mexicanos (Imagen: iStock).
Porque en medio de la crisis ambiental mundial en la que vivimos, los temas relevantes fueron ignorados por los coordinadores y asesores de las campañas políticas que recién terminaron.
La ignorancia se ejerce aun sabiendo que un ambiente sano y sustentable es crucial para el futuro de nuestras vidas, nuestro bienestar y la del planeta.
El voto solitario que ejerciste en tu casilla fue uno en millones. Parece que no cuenta, pero las consecuencias de todos los votos en un distrito electoral, un estado o el país sí que tiene consecuencias.
Tu voto es la oportunidad única y limitada de expresar tu sentir como ciudadano. Es a la vez una instrucción y advertencia a los gobernantes y opositores.
Los votantes que se quedaron en casa, muchas veces triste mayoría, perdieron la oportunidad de expresar su aceptación o repudio a quién tomará las decisiones que afectarán su vida.
Sólo quienes creemos y sabemos, como Winston Churchill dijo, que la democracia representativa “es la menos peor de las formas de gobierno”, votamos con orgullo. Es por ello que, espero, todo voto haya sido razonado, o al menos no ejercido bajo coerción real o percibida.
La mayoría de los votos dan a un partido político un mandato; y los votos contrarios y en minoría lanzan una advertencia acerca de los límites y aceptación popular del mandato.
El pluripartidismo mexicano, pese a las coaliciones quiméricas que asaltan nuestro sentido común, es un indicio de la diversidad de visiones de nación que tenemos. No hay consenso nacional y no hay un mandato incuestionado.
Imagen: Naturalia,
Es en esta encrucijada donde se debe ejercer la verdadera política: el compromiso que ayude a los más, pero que no limite los derechos de los menos, de las minorías, y que en el camino ese encargo acabe con los privilegios.
Además, los resultados de las votaciones del 2 de junio otorgan triunfos, definen mayorías y minorías, identifican elegidos nuevos o reciclados, y presuponen reclamaciones, juicios y resoluciones.
El 3 de junio empezó nuestro trabajo como ciudadanos reflexivos e interrogadores de buena fe y con argumentos. Ahora, nos queda el reto de convencer a nuestros nuevos gobernantes de las tareas importantes por hacer.
Antes de leerles las asignaciones hay que recordarles que no son omnipotentes, menos inmortales, pero, por mandato constitucional, sí son sustituibles (no reelegibles). Acto seguido, debemos aclararles que les dimos el voto, el mandato y la confianza para eliminar la pobreza y la desigualdad, y alcanzar el desarrollo sustentable de nuestro país.
Para lograr esto deben proteger al ambiente no sólo con el decreto de nuevas áreas naturales protegidas, leyes, norma o decretos ecologistas, sino primero fortalecer a las instituciones protectoras de la naturaleza que ya tenemos.
La Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) debe contar con recursos presupuestales que le permitan mantener las áreas a su cargo en el mejor estado de conservación, y sus tareas deben incluir la prevención de daños al ambiente y la restauración de hábitats y paisajes.
Asimismo, debe planear a plazos más allá de un sexenio. El cambio climático modifica y afecta los paisajes y a las especies que habitan en las áreas naturales protegidas, por lo que pronto la procuraduría deberá responder a una simple pero elemental pregunta: ¿Es posible mantener estas áreas, o debemos planear dónde debe haber nuevas zonas bajo resguardo ambiental y climático?
Y debe examinar y buscar las respuestas a cómo puede influir el futuro de nuestros paisajes y recursos naturales en el desarrollo sustentable de México.
Imagen: Youtube.
Siendo un país megadiverso, buena parte de nuestro futuro está depositado en el uso sustentable de la biodiversidad. Y Hablo desde los recursos genéticos hasta los paisajes.
Exportamos sustentablemente más de 3,000 especies. Este número puede y debe aumentar. Las comunidades que viven de estos recursos conocen su valor, pero sin estos paisajes y patrimonio bien conservados muchas comunidades perderán irremediablemente un medio de vida.
Igualmente, la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) debe tener y ejercer de manera responsable la capacidad de evaluar, sancionar y castigarlos delitos ambientales.
Esta oficina pública necesita un presupuesto y un mandato realista que le permitan ejercer sus capacidades de cuidado y defensa de nuestros recursos naturales.
También debemos destacar que aun cuando México no está entre los productores más grandes de gases de efecto invernadero por la quema de combustibles fósiles -la causa principal del calentamiento global-, su contribución a este mal no es despreciable.
El país tiene grandes capacidades de producir energías alternativas de forma centralizada o local, pero no ha hecho ni los esfuerzos ni las alianzas necesarias para destetar la economía de la dependencia del petróleo.
Las refinerías de Deer Park o Dos Bocas ni ayudan a evitar o desalentar este destete, ni incentivan a productores de energía alternativa e invertir.
Por eso, ahora es el momento de exigir a los nuevos gobernantes un México sustentable.
* Horacio de la Cueva Salcedo es doctor en Filosofía (Zoología) por la University of British Columbia, Canadá. Es también investigador titular del Departamento de Biología de la Conservación en el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (Cicese). Especialista en Biomecánica, conservación de especies y ecosistemas. Asimismo, es divulgador de la ciencia y colaborador de 4V.
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