Las islas son parte de la mitología y el imaginario humano; son una parte importante de su realidad. Y los tesoros de las islas, en casi todas las ocasiones, son ideales; sin embargo, sus tesoros reales son objetivos, tangibles e inigualables.
Horacio de la Cueva Salcedo* / Edición: 4 Vientos
Los archipiélagos de la Micronesia son de ensueño (Imagen: iStock).
El libro La Isla del Tesoro, de Robert Louis Stevenson, alimenta no sólo la imaginación de lectores jóvenes, sino también a lectores y críticos adultos que han estudiado los orígenes y geografía de esta novela.
Es una historia que reúne muchas leyendas e historias y nos lleva a nuevos mundos llenos de tesoros, algunos posibles y otros atesorados en nuestra imaginación personal o colectiva.
Las islas también son una fortuna para la imaginación.
Paul Gauguin fue un pintor francés postimpresionista que se fue a Martinica, las Marquesas y Tahití para continuar su creación artística y perseguir a la imaginación.
Su tesoro quedó plasmado de manera perpetua en el arte y en su enorme influencia en grandes artistas del siglo XX, como Pablo Picasso.
Igualmente, existe una isla real que es un reino imaginario con títulos nobiliarios otorgados a personajes existentes. ¿Su nombre? Redonda.
Javier María's, escritor español, es el rey Xavier de esta pequeña isla caribeña deshabitada y que forma parte de Antigua y Barbuda.
Su nombre nativo es Ocamaniro, pero Cristóbal Colón la nombró Santa María la Redonda.
Las islas Tahití, Santa María La Redonda y Galápagos (Imágenes: Shutterstock, marinas.com y Adone Stock).
El banquero irlandés Matthew Dowdy Shiell, para celebrar el nacimiento de su primer hijo varón, Matthew Phipps Shiell (1865), lo coronó como rey de Redonda en una ceremonia presidida por el obispo de Antigua en 1880.
En un juego literario y de reconocimiento, el rey Xavier nombró una corte de esta isla inhabitada, pero de gran tradición en la literatura. Se trata de un tesoro literario que mantiene viva la imaginación de autores y lectores.
Y es que las islas son más que un imaginario basado en la realidad.
Hay islas naciones con tanto poder económico, como el Reino Unido; otras paupérrimas, como Haití; o en peligro de desaparecer bajo las aguas oceánicas que se elevan por calentamiento global, como las islas de Micronesia.
Igualmente, las islas han jugado un papel esencial en el desarrollo de la biología.
Por ejemplo, en el siglo XIX las islas Galápagos dieron a Carlos Darwin la evidencia de campo definitiva sobre la evolución de las especies por selección natural.
Asimismo, en el siglo XX, RH Macarthur y EO Wilson desarrollaron la teoría de biogeografía de islas. Con esta teoría lograron dar una explicación más sencilla y elegante para predecir el número de especies que habitan una isla.
Y cabe destacar que México cuenta también con islas muy interesantes y con sus tesoros.
Imagen: Cortesía.
Isla Bermeja pasó a ser una leyenda perdida en el Golfo de México. Esa parte ficticia de nuestro territorio nacional achicaba la zona de aguas internacionales en el golfo y nos daba más territorio en la Zona Económica Exclusiva para explotar petróleo.
También hay islas habitadas con grandes comunidades como Cozumel, isla del Carmen o isla Mujeres.
Asimismo, las islas Marías son famosas por albergar durante varios años una colonia penal ejemplar que estaba destinada a convertirse en una cárcel de alta seguridad, con poco cuidado de su biología, pero el gobierno de Andrés Manuel López Obrador finalmente las transformó en un sitio de atractivo histórico, turístico y ecológico.
La mayoría de las islas de México no tienen habitantes permanentes y están sujetas a protección por su unicidad (únicas en su tipo), al hospedar grandes colonias de mamíferos como elefantes marinos y lobos finos en isla Guadalupe, o de aves como el archipiélago de Alacranes, o ser importantes por su historia natural y papel en la ecología como las grandes islas del Golfo de California.
Asimismo, el archipiélago mexicano de las islas Revillagigedo fue reconocido como parte del patrimonio mundial natural por la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura).
Esta designación conlleva responsabilidades para mantener este patrimonio.
Con motivo de la designación y para resaltar la riqueza biológica y geológica de las islas, con mi amigo y colaborador Juan Martínez, y otros 22 participantes, dedicamos un suplemento especial de La Jornada Ecológica, al archipiélago de las Revillagigedo (http://www.jornada.unam.mx/2016/11/28/eco-cara.html), por lo que agradecemos el apoyo desinteresado que nos dio Iván Restrepo y su equipo de trabajo.
La jornada para proteger este patrimonio, y la riqueza biológica y cultural de las islas de México, es una tarea que nos lleva a descubrir y compartir los tesoros de las islas mexicanas.
* Horacio de la Cueva Salcedo es doctor en Filosofía (Zoología) por la University of British Columbia, Canadá. Es también investigador titular del Departamento de Biología de la Conservación en el Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (Cicese). Especialista en biomecánica, conservación de especies y ecosistemas. Asimismo, es divulgador de la ciencia y colaborador de 4V.
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