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Foto del escritorJavier Cruz

INVESTIGACIÓN: México ya tiene un Sistema de Alerta Temprana para "marea roja", evento más frecuente y letal en los litorales del país

La declaratoria de una nueva veda sanitaria -el pasado 11 de abril- para la pesquería de moluscos bivalvos que se capturan o crían artificialmente en la parte alta del Golfo de California, confirma la urgente necesidad de instaurar en México el Sistema de Alerta Temprana de Florecimientos Algales Nocivos (SiAT-FAN), el cual ya opera en las bahías Todos Santos (Ensenada, Baja California) y de La Paz (Baja California Sur).

 

Javier Cruz / 4 Vientos



Ejemplar de ballena muerta por efecto de alimentación contaminada con toxinas algales en el Alto Golfo de California (Cortesía).



Se trata de la sexta prohibición en los últimos ocho meses y abarcó 17 sitios emplazados en tres polígonos: Pacific Dragon Seafood, Pristina de Baja California y Estela Martínez Salgado, los que se ubican en las áreas de cosecha San Felipe-Puertecitos y Unidad Pesquera Fortaleza Marina (Alto Golfo).


Igual a como sucedió en los cinco eventos previos, se prohibió la cosecha y comercialización para consumo humano de los moluscos bivalvos (ostras, almejas y mejillones, entre otros) dado que un análisis del Laboratorio Estatal de Salud Pública encontró en ellos la presencia de saxitoxinas en cantidades por arriba del límite máximo permisible establecido en la norma oficial mexicana (NOM) 242-SSA1-2009.


El exceso de neurotoxinas, producto de un nuevo afloramiento algal nocivo -conocido popularmente como “marea roja”- en el también llamado Mar de Cortez, precipitó nuevas pérdidas económicas para los pescadores y maricultores que viven de la captura, cultivo y venta de moluscos y peces en la región, quienes arrastran mermas por más de tres mil millones de pesos en eventos similares ocurridos de 2020 a la fecha.


Tan sólo de agosto del 2023 al pasado 11 de abril, por el mismo motivo, los productores del Alto Golfo de California (delta del Río Colorado y vértice de Baja California y Sonora), en donde habitan especies marinas en riesgo de extinción como la vaquita marina, la totoaba, dos especies de curvina, los peces chupalodo y cachorrito del desierto, así como la tortuga verde (del Pacífico), soportaron el cierre total del mercado, por hasta dos o tres meses, en las siguientes fechas:


8 de marzo de 2024: La Comisión Estatal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COEPRIS) de Baja California declaró una veda en el polígono Sociedad de Pescadores Dasusa en el área de cosecha de Alto Golfo.


7 de febrero de 2024: Se declara la prohibición en los polígonos S.C.P.P.R. Pesca y Buceo Ecológico de San Felipe, S.C. de R.L. de C.V. y Pesquera Mar Profundo, S.C. de R.L. de C.V., del área de cosecha de Alto Golfo.


18 y 19 de enero de 2024: La COEPRIS estableció vedas sanitarias en los polígonos Los Amigos del Puerto y Demetrio Soberanes en el área de cosecha de Alto Golfo.


6 de septiembre de 2023: Se impone vedas sanitarias en los polígonos U.P. Pesquera Mavadu y Procesos y Servicios Metis, S. de R.L. de C.V., que corresponden a las áreas de cosecha Alto Golfo y de San Felipe Puertecitos, respectivamente.


21 de agosto de 2023: Quedaron cerrados los polígonos S.C.P.P. Delicias del Mar de Baja California, Víctor Antonio Gastelum Preciado y Productos Mirugay, que corresponden a las áreas Alto Golfo y San Felipe Puertecitos.


Pero meses antes (julio y junio del año pasado) también hubo vedas sanitarias en áreas de cosecha localizadas en las bahías Altata Ensenada Pabellones, y Altata Norte (Sinaloa); y en los esteros El Coyote y La Bocana (Baja California Sur).



Cortesía Cicese



Y este día, hace un año (18 de abril de 2023), quedaron cerrados los polígonos de Pristina de Baja California, S. de R.L. de C.V., Pacific Dragon Seafood, S.A. de C.V., Estela Martínez Lozano, María del Consuelo Francisca Flores Lozano y Víctor Antonio Gastélum Preciado, del área de cosecha denominada San Felipe-Puertecitos.


Es decir, en apenas un año las autoridades sanitarias estatales y federal impusieron nueve vedas en el Mar de Cortez que afectaron a cientos de pescadores y acuicultores de moluscos bivalvos, y en varios de los eventos el sector público reaccionó luego de los efectos negativos que provocó la "marea roja".


Por ejemplo, en los días previos a la declaratoria de veda del pasado 8 de marzo, aparecieron muertos en playas del Alto Golfo “varios delfines, lobos marinos, aves y tortugas prietas”, según describió en un escueto comunicado la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) del gobierno mexicano.


Correspondió al Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE) precisar que se trató de la muerte de 32 delfines, seis lobos marinos, decenas de aves, tortugas prietas y al menos un ballenato.


También que el fenómeno se dio luego de que en enero de 2024 la marea roja alcanzó su punto más alto en la zona y la presencia de microalgas productoras de toxinas nocivas había disminuido.


Semanas después, los especialistas del CICESE, del Instituto de Investigaciones Oceanológicas (IIO) de la universidad estatal (UABC), y las autoridades sanitarias del estado conocieron un aumento en la presencia alterada de saxitoxinas y luego cerraron polígonos “para proteger la salud pública y evitar la ingestión de mariscos contaminados por toxinas marinas”.


Antes (enero de 2017), la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), coordinada con especialistas del CICESE, el IIO y la organización ambientalista Sea Shepherd, atendió el hallazgo de tres ejemplares de ballena (jorobada y rorcual común) y un delfín de rostro largo –especies sujetas a Protección Especial en México-, muertos y en estado de descomposición, en aguas y playas del Alto Golfo de California.


Análisis practicados a los animales determinaron que fueron víctimas de la marea roja que por esos días afectaba diversos polígonos en la zona San Felipe-Puertecitos, y Alto Golfo, Baja California.


La Procuraduría explicó que el FAN consiste en la proliferación de microalgas en concentraciones elevadas, originadas por la presencia de diversos factores en el medio acuático, entre los que destacó la salinidad, la variabilidad de temperaturas, la disponibilidad de alimentos para las microalgas, y contaminación provocada por humanos vía disposición ilícita de agroquímicos, residuos mineros y aguas negras urbanas sin tratamiento.


“Con base a los resultados de análisis proporcionados por el ISESALUD (Instituto de Salud de Baja California) se ha detectado en el Alto Golfo de California la presencia de la microalga llamada Gymnodinium catenatum, la cual produce una saxitoxina que es un tipo de toxina paralizante que no sólo afecta directamente a los organismos marinos, sino también representa un riesgo para la salud humana”, reveló la dependencia federal.

Pero existen otros antecedentes. En enero del 2015, en la misma región, se registró un evento muy intenso de florecimiento algal que investigó personal del CICESE, institución pública adherida al Consejo Nacional de Humanidades, Ciencia y Tecnología (CONAHCYT).



Pelícano del Alto Golfo de California víctima de sardinas contaminadas con microalgas tóxicas (Cortesía Cicese).



Los especialistas determinaron la mortandad de por lo menos cinco mil aves y 56 delfines que consumieron sardina contaminadas con la saxitoxina que produce Gymnodinium catenatum.

Igualmente, ese mismo año la PROFEPA averiguó dos varamientos masivos de defines en el Alto Golfo de California.


El primer caso ocurrió en enero con 17 cadáveres de delfín común; y en marzo atendió la muerte de 92 delfines y cuatro lobos marinos. En ambos casos los ejemplares fueron encontrados en avanzado estado de descomposición y su defunción se ligó “a la gran presencia de saxitoxinas” presente en el alimento de las víctimas.


¿Y en el Pacífico bajacaliforniano todo está bien?


No. De hecho, eventos muy fuertes de FAN y el daño que éstos provocaron en los sectores pesquero, acuícola, turístico, sanitario e industrial de las costas del sur de California, norte de Ensenada, San Quintín y Playas de Rosarito, así como la destacada presencia transfronteriza de instituciones de ciencias y oceanólogos reconocidos a nivel mundial, impulsaron en Baja California la creación y operación del primer Sistema de Alerta Temprana de Florecimiento Algal Nocivo (SiAT-FAN).


El sistema arrancó el 24 de noviembre de 2023 con un programa piloto que contempla monitoreos periódicos en 12 sitios de la Bahía Todos Santos, en Baja California, y en cinco sitios de Bahía de La Paz, en Baja California Sur.


A través de la plataforma en línea siat-cicese.mx, cualquier persona puede consultar avisos de vedas sanitarias, especies de fitoplancton detectadas en los sitios de muestreo, resultados del monitoreo de ficotoxinas, varamientos animales marinos e imágenes satelitales.


Con la colaboración de instituciones académicas, productores pesqueros y acuícolas, y dependencias gubernamentales, el Sistema busca detectar y comunicar signos tempranos de los FAN, y entre sus objetivos está el de mitigar los impactos que los florecimientos algales provocan en la salud pública, en el medio ambiente y en las actividades económicas como la pesca y la maricultura.


El proyecto, liderado por el CICESE, recibió financiamiento del CONAHCYT luego de ser incluido dentro de sus Programas Nacionales Estratégicos (Pronaces) y catalogado como Proyecto Nacional de Investigación e Incidencia (Pronaii).


“Una de las incidencias más importantes de este proyecto es que se pueda presentar información sobre la problemática, y que los diferentes sectores que están obligados a tomar decisiones lo hagan de una manera más adecuada para poder mitigar el impacto de los FAN”, dijo el doctor Ernesto García Mendoza, investigador del CICESE, responsable técnico del proyecto y sin duda uno de los pocos especialistas mexicanos en el tema.


Atún de cría en la Bahía Todos Santos (Ensenada) muerto por efecto de la saxitoxina algal (Cortesía).



En su mensaje de presentación del Sistema, el científico lo comparó con la función de los sistemas de predicción de huracanes.


“Hay que identificar, integrar acciones de monitoreo y de reducción y comunicación de riesgos ante indicios de que puede iniciarse el desastre natural, en este caso un FAN”.


Por su parte, el doctor David Covarrubias Rosales, director general del CICESE, destacó que el SiAT-FAN tiene potencial para que gradualmente amplíe su cobertura y llegue a otras regiones del país donde se requiere su aplicación con etiqueta urgente.


“Caracterizar este efecto nocivo es tan importante para prevenir las afectaciones de muchas áreas: acuicultura, pesquerías, a nivel de los propios consumidores; es una afectación importante a nivel de turismo, de la salud pública, del ambiente”, apuntó en un comunicado.


Por su parte, empresarios del sector de productos marinos de exportación asentados en la costa del Pacífico encomiaron la puesta en marcha del Sistema y destacaron el éxito del modelo de vinculación detrás de su lanzamiento, ya que tanto su desarrollo como su operación implica la estrecha colaboración entre la iniciativa privada, la academia y el gobierno.


“Las instituciones académicas logran salirse de sus protocolos y la iniciativa privada se dispone a invertir, a poner tiempos, a recibir información y a desarrollar e investigar algo a largo plazo”, comentó Javier Vivanco Ocampo, gerente de la empresa Baja Aqua Farms, al medio de divulgación científica Todos@Cicese.

Al mismo portal Minerva Pérez, ejecutiva de la empresa Atenea del Mar, refirió que en 2017 tuvieron que destruir 13 toneladas de producto (almeja generosa) a causa de los FAN.


“Si hubiéramos tenido este sistema de monitoreo nunca se hubieran pescado. Esto es nada más una muestra de los beneficios que podría tener este sistema”.


Cabe destacar que Baja Aqua Farms, líder mundial en la cría de atún rojo y aleta azul con sede en Ensenada, reportó pérdidas por 940 millones de pesos en el florecimiento algal nocivo que se presentó en la Bahía Todos Santos en el verano de 2016, fenómeno que ocasionó un comportamiento errático en los túnidos hasta que murieron por asfixia porque sus branquias fueron dañadas por la especie de microalga Chattonella spp que, por primera vez, tuvo una explosión en esa zona del Pacífico.


Además del sector productivo, el SiAT-FAN cuenta con la colaboración de especialistas de instituciones académicas como las universidades autónomas peninsulares (UABC y UABCS), el Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste (CIBNOR), el Centro Interdisciplinario de Ciencias Marinas del Politécnico (CICIMAR-IPN) en La Paz, el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), el Colegio de la Frontera Norte (COLEF) y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).


Al mediano y largo plazo, el doctor Ernesto García espera que la cobertura del Sistema se extienda a otras zonas de la península de Baja California, como San Quintín, sede de uno de los centros productores de ostras (ostión, almeja y abulón) más relevantes de México, y que se replique en otros estados del país “haciendo adaptaciones de acuerdo a las necesidades de cada región”.



Se han reconocido aproximadamente 300 especies de microalgas formadoras de florecimientos algales nocivos, pero sólo entre 60 y 80 especies (la mayoría dinoflagelados) son capaces de producir compuestos tóxicos hidrofílicos o lipofílicos que pueden causar efectos hemolíticos, neurotóxicos o enterotóxicos en el humano (Cortesía Cicese).



Para la creación de esta relevante herramienta de prevención, ave rara en México, existieron al menos dos sucesos de gran significado acerca del daño que puede ocasionar un florecimiento algal nocivo.


El primero de ellos se dio en la primavera de 2020. Desde la Isla de Cedros (parte media de la península de Baja California) hasta Los Ángeles (parte central de California), y con conteos de microalgas cerca de los máximos históricos documentados, se presentó la marea roja que por cobertura, intensidad y duración fue una de la más intensas y afectó áreas socioambientales y económicas nunca antes documentadas en México.


Particularmente en Ensenada, Baja California, la desalinizadora de agua de mar que originalmente ganó la transnacional española OHL (las iniciales de tres constructoras: Obrascón, Huarte y Lain), a quien se investiga por corrupción con el expresidente mexicano Enrique Peña Nieto, mermó su capacidad a consecuencia del florecimiento algal que dañó los filtros y otros componentes de la planta en perjuicio del suministro de agua potable a 24 colonias localizadas al sur de la metrópoli porteña, un problema nunca antes visto en México.


Se estableció entonces una alianza entre el CICESE, la empresa desalinizadora, ahora bajo administración del consorcio empresarial IFM Investor a través de sus filiales Aleatica y GS Inima Environment,  y la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Ensenada (CESPE).


El objetivo principal fue abordar dos aspectos fundamentales desde el punto de vista social: ¿cómo pueden ser afectadas la producción y abastecimiento de agua potable a una ciudad y a una región costera por un FAN?, y ¿cómo se pueden minimizar sus efectos? Preguntas que HOY son cimiento del SiAT-FAN.


Por otra parte, el segundo aspecto primordial para la creación del sistema preventivo fue un reporte que Clarissa Anderson y Megan Hepner Medina, del programa Sistema de Observación Costero y Oceánico del Sur de California (SCOOS, por sus siglas en inglés), que demostró lo importante que es contar con herramientas de alerta temprana para este tipo de eventos.


En el estudio, las investigadoras narraron cómo el dinoflagelado Lingulodinium polyedra, causante del florecimiento nocivo, despegó a principios de abril de ese año y aprovechó las condiciones climáticas de la región para crear “una increíblemente alta biomasa” que provocó aguas rojas/marrones muy intensas y bioluminiscencia en el mar durante semanas.


“De hecho, ahora sabemos que estábamos viendo los números más altos de células de L. polyedra jamás registrados en el muelle de Scripps (enfrente del Instituto Oceanográfico Scripps -SIO, por sus siglas en inglés-, en La Jolla, San Diego, California) con 9 millones de células por litro el 27 de abril, cuando el máximo anterior era de menos de 1 millón para este punto”, indicó el reporte.

Agregó: “Los científicos del SIO también midieron las concentraciones más altas de clorofila (1,083 microgramos por litro) desde que comenzó el Programa de Clorofila del Muelle de Scripps en 1983”.


Y en Ensenada –añadió el texto científico-, se registraron valores mayores al millón de células que se dieron en 2017 y 2019 (la cifra récord es de 2005, año en el que se contabilizaron 11 millones).



Científicos mexicanos han logrado crear el primer sistema de alerta temprana de florecimientos algales nocivos (Cortesía).



Anderson y Hepner plasmaron asimismo su preocupación por los efectos de este tipo de FAN en su etapa final, ya que provocaría severas condiciones hipóxicas (de bajo oxígeno) o anóxicas (sin oxígeno), así como la producción de sulfuro de hidrógeno (H2S) a partir de bacterias.


“Las condiciones de bajo oxígeno no son compatibles con la vida y, por lo tanto, provocan la muerte de peces y organismos bentónicos (fondo marino). La penetración de la luz en el agua puede reducirse en más de 95% por las mareas rojas densas, lo que afecta el crecimiento, la reproducción y el reclutamiento de otras algas marinas”, concluyeron.

El olor a gas (o a “huevo podrido”) fue evidente durante aquel florecimiento, y en Ensenada se presentaron reclamos y llamadas al 911, así como quejas ante la CESPE, para reclamar que el agua producida por la desalinizadora presentaba “un olor extraño”.


Ernesto García, al elaborar entonces el protocolo del proyecto “Atención de la problemática asociada a florecimientos algales nocivos en Baja California: integración del conocimiento a necesidades socioambientales y económicas”, antecedente directo del SiAT-FAN, destacó que el carácter de los problemas socioecológico que provocan los florecimientos, es que impactan negativamente diferentes aspectos de la vida humana y a la salud ambiental.


Además, “pueden condicionar el desarrollo de una zona al afectar negativamente diferentes actividades económicas”.


Al respecto, destaca la falta de transparencia del sector público de Salud en la divulgación de la estadística oficial respecto al efecto que tiene entre la población mexicana el consumo de alimentos marinos contaminados con toxinas paralizantes con origen en florecimientos algales nocivos.


Rosalba Alonso Rodríguez, investigadora del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), unidad Mazatlán (Sinaloa), logró identificar que, en el Pacífico mexicano, de 1979 a 2011, se registraron 457 casos de intoxicación humana y 24 decesos por el consumo de mariscos contaminados por toxinas paralizantes.


“Además, en los ecosistemas acuáticos esos venenos también pueden afectar a peces, aves y mamíferos marinos”.



Delfín muerto en el Alto Golfo de California por consumir alimentos contaminados con toxinas letales (Cortesía Cicese).



De la misma forma, la bióloga detalló en el reporte “Análisis de toxinas paralizantes que afectan al ser humano” que algunas enfermedades provocadas por toxinas algales derivan en “problemas gastrointestinales y neurológicos, incluso en la muerte”, según la cantidad de molusco consumido, el tipo de toxina producida y la susceptibilidad del individuo por edad, condición de salud y peso.


Por lo que destacó en coincidencia con otros especialistas:


“Los florecimientos algales se presentan de forma natural, aunque se ha comprobado que algunas actividades humanas promueven su aparición, como el uso de fertilizantes en la agricultura y acuacultura, así como la descarga de aguas de desechos domésticos e industriales a los mantos acuíferos, y a otros cuerpos de agua costeros; ello incrementa la cantidad de nutrientes que llega al mar y se convierten en alimento para las microalgas”.

Ante semejante panorama, el doctor Ernesto García Mendoza comentó con acertada visión histórica:


“Existe el consenso de que la frecuencia de aparición, duración y extensión de los FAN ha aumentado en las últimas décadas, por lo que se han acentuado los efectos nocivos de estos fenómenos globalmente”.


Recordó que México no está exento de esta tendencia y recientemente se han presentado eventos importantes en las costas del país, y especialmente en la zona noroeste del país.


“(…) El proyecto buscará integrar las necesidades de diferentes sectores y entidades regulatorias para resolver la problemática”.


El científico sí pasó de las palabras a la acción. Ya activó el sistema de alerta temprana en dos bahías peninsulares y está en espera de que éste se aplique en el resto de la cuenca del Golfo de California y todo México.


Es decir, la pelota ya está del lado del gobierno federal.

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