Ahogado en basura doméstica, residuos de envases de plástico y desechos de aparatos eléctricos y electrónicos, Baja California renueva compromisos internacionales para dar tratamiento industrial a esos remanentes que afectan la salud de al menos un millón de habitantes.
Javier Cruz / 4 Vientos
Imagen en Greenpeace, México
El riesgo y daño ecológico llegó a tal extremo que hoy el diputado estatal César Adrián González García (Partido Verde, Distrito VI, Tecate) presentó en el congreso una iniciativa de reforma a la Ley estatal de Protección al Ambiente.
Lo hizo, afirmó, porque "los residuos peligrosos causan innumerables problemas tanto a la salud pública como al medio ambiente", sin hacer responsable del perjuicio prácticamente a nadie.
Se refiere a que de las casi cuatro mil toneladas de basura doméstica diaria que se producen en la entidad, solo el cinco por ciento se recicla, según datos del Colegio de la Frontera (Colef) Norte que en 2022 destacó que en Baja California faltan programas de separación, acopio y centros de selección de residuos para su aprovechamiento.
Esto, manifestó el organismo público de investigación del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), genera gases de efecto invernadero -como el metano y benceno y CO2- que dañan agua, aire y suelo de la entidad.
Además, el Plan Nacional de Acción sobre Residuos Marinos y Contaminación Plástica, que a nivel nacional se lanzó en julio de 2022, ubicó a las costas de Baja California en la zona de "contaminación crítica con plásticos", solo detrás de los estados más tóxicos en el tema que son Veracruz, Tamaulipas y Nayarit.
Las costas de BC, de las más altamente contaminadas con residuos plásticos (Archivo).
Paradójicamente, en los últimos siete años, las 14 empresas que en Tijuana y Mexicali reciclan plásticos, entre ellas la transnacional Daltile que opera en América, Europa, Asia y Oceanía, importaron más de 12 mil toneladas de residuos plásticos para reciclar y exportar envases nuevos a sus clientes en diversas partes del planeta.
De esa cantidad, revelo el maestro en Geografía y especialista en Economía Política Iván Martínez Zazueta, 11 mil 745 toneladas de desperdicios de poliuretano destinadas a la industria de la manufactura de Mexicali ingresaron al estado por el puerto de Ensenada provenientes de Italia (5 mil 233 toneladas) y Alemania (4 mil 578).
Al respecto, en diciembre pasado, las 80 empresas que representan el uso del 53% de los envases y empaques plásticos del país -"una de las más altas participaciones de mercado del mundo"-, revelaron en el cuarto informe de avances del Acuerdo Nacional para la Nueva Economía del Plástico en México, que para el año 2030 se logrará que el 100% de los envases y empaques que se utilicen en el país serán reutilizables, compostables o aprovechables.
Un proyecto similar lo firmaron en febrero de 2021 el gobierno de Baja California, la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarat) y el Programa de Las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Lo hicieron para resolver el impacto ambiental y a la salud que representan las 58 mil 600 toneladas de basura eléctrica y electrónica que se generan en la entidad cada año. de las cuales 3,500 corresponden a sustancias tóxicas conocidas como "contaminantes orgánicos persistentes".
Cada año, en BC, se generan más de 58 mil toneladas de residuos electrónicos (Foto de National Geographic).
Ni el gobierno de Jaime Bonilla ni el de Marina del Pilar Ávila, ambos del partido Morena, pusieron en marcha ese acuerdo.
Este año, el 7 de febrero, el gobierno estatal, bajo presión del PNUD y la Semarnat, anunció la actualización del ahora llamado Plan de Manejo de Residuos de Manejo Especial, con un plazo de inicio de aplicación de 45 días para las empresas que generan estos desechos.
Como anécdota, cabe mencionar que, en una reciente charla de divulgación científica sobre la contaminación plástica a nivel mundial, María Fernanda González Amador, estudiante del doctorado en Oceanología del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (Cicese), reveló que en 2015 se generaron aproximadamente 6,300 megatoneladas (MT es un millón de toneladas) de residuos de plástico.
De esa aberrante cantidad, alrededor del 9% se reciclaron, 12% se incineró y 79% se acumuló en rellenos sanitarios y el entorno natural.
Un mal ejemplo que actualmente se aplica, casi a la perfección y con plena impunidad, en el territorio bajacaliforniano.
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