Un gobierno del pueblo sólo se pudo construir con la participación directa y activa de la gente.
Jesús Sosa Castro* / Edición: 4 Vientos
Claudia Sheinbaum es aclamada en la convención extraordinaria (Imagen: Debate).
Un partido como Morena, según lo discutido y acordado por su Congreso Extraordinario del pasado domingo 22 de septiembre, pronto será una fuerza que acabe con la simulación, la imposición de las cúpulas, la desconfianza interna, el pragmatismo y el oportunismo, para convertirse en el eje central del cambio político, social y cultural del México que millones estamos soñando.
Los mensajes a los participantes del VII Congreso de Morena hechos por el presidente Andrés Manuel López Obrador, la presidenta electa Claudia Sheinbaum Pardo, y la compañera Luisa María Alcalde Luján, ya como dirigente del partido, son la insignia y la bandera que encabezarán la conversión hacia el México profundo y el reencuentro con los ciudadanos, los jóvenes y la sociedad entera.
Son la fuerza indiscutible que hará grande a la justicia, la democracia, la libertad y la paz.
Las mujeres y los hombres que dieron su esfuerzo, su emancipación y su vida en busca de estos objetivos, hoy estarían aplaudiendo lo que se está haciendo en y por el país.
Muchos comunistas quisimos cambiar el sistema económico y social y no pocos murieron con esa bandera en la mano.
Los que aún vivimos y abrazamos el proyecto de la cuarta transformación, compartimos su memoria y el orgullo de habernos puesto del lado de millones de mujeres y hombres que emprendimos el camino en busca del rescate de nuestros derechos y libertades.
La nueva directiva de Morena. El hijo de López Obrador, el único que no juró con la izquierda (Imagen: Captura de pantalla en Youtube).
La lucha del pueblo con Andrés Manuel a la cabeza sumó una raya más al tigre para que éste siga rugiendo en busca de la profundización de nuestro orgullo como mexicanos.
Si se ponen en práctica los planteamientos que se dieron a conocer en el congreso por nuestros líderes, los proyectos programáticos, las acciones de gobierno, la ética y la moral serán las fortalezas que hoy gobernarán por décadas en el país que hemos arrebatado a los fachos, corruptos y prepotentes que humillaron y explotaron impunemente al pueblo por decenas de años.
Si se da estructura, organización y espacios a la militancia para que ésta debata, participe y se le tome en cuenta; si se aplica la verdadera democracia participativa y se cierra la puerta al oportunismo, a los privilegios, a la banalidad y a la corrupción, los resultados y los dichos de los dirigentes del gobierno y del partido consolidarán la unidad, la discusión y la acción de una militancia que ha sabido construir aun cuando no estuvieron dadas las mejores circunstancias.
La base del partido ya no está dispuesta a servir a vivales y a oportunistas que sin mayores méritos políticos, hoy se mueven en nuestro instituto político haciendo gala de sus ligas con funcionarios y privilegios.
Militantes fundadores y participantes activos en la defensa de los derechos que hoy disfrutamos, al menos en teoría, confiamos en que los dichos no se queden otra vez en palabras.
Al contrario; se deben convertir en hechos para sacar adelante la transformación en la que trabaja la mayoría de los mexicanos.
* Jesús Sosa Castro es activista social de la Ciudad de México. Articulista y colaborador en diversos medios impresos y digitales. Fue miembro del Partido Comunista Mexicano y de todas las organizaciones político-electorales que de él se desprendieron.
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