Hace varias décadas conocí personalmente a Jaime Sabines, un poeta enorme, humanista, profundo; un político que fracasó en su intento de componer el mundo.
Jesús Sosa Castro* / Edición: 4 Vientos
Sabines, como poeta, describió la hermosura de la gente cuando esta responde a la nobleza y a la bondad.
Le habló a la vida y al amor. Hizo crecer su imaginación retratando el fondo del alma y los ojos de la humanidad.
Hoy, si viviera, habría escrito un poema a los corazones devastados de la gente de Gaza, de sus niños asesinados por el sionismo israelita encabezado por Benjamín Netanyahu.
Repudiaría el apoyo de Estados Unidos y de varios gobiernos obedientes a las políticas de los imperialistas del mundo. Pero Sabines, el poeta y el hombre, ya no tuvo tiempo de hacer efectivas sus repulsas y su rabia.
Ya no pudo ver nuestro sufrimiento y el rechazo que nos causa ver hospitales destruidos y estancias infantiles, en donde están quedando destrozados los cuerpos de ancianos de enfermos y de niños.
En homenaje a todos esos seres humanos muertos por el sionismo cavernícola, hoy me ocupo de reproducir lo que en otro momento Sabines escribió sobre la muerte.
Los cuerpos de niños palestinos muertos en un bombardeo israelí de la Franja de Gaza yacen en el suelo del Hospital Al-Aqsa en Deir Al-Balah, el domingo 22 de octubre de 2023 (Imagen: Hatem Moussa / Agencia AP).
Lo hago en espera de que mis camaradas y la sensatez de los seres humanos compartan conmigo esta congoja porque la impotencia ante la naturaleza y el incesante malestar del corazón ante esta tragedia descomunal obliga a los pueblos y gobiernos del mundo a lanzar su voz de protesta y la exigencia inmediata de parar este genocidio.
¿Y qué otra cosa más podemos hacer por este pueblo, por sus mujeres, sus niños y sus hombres que, insepultos gritan en demanda de auxilio?
Yo quiero alzar mi voz esparciendo por el universo las palabras dolidas y profundas del poeta chiapaneco sobre estos óbitos masivos, vividos por los niños, jóvenes y ancianos del pueblo palestino, especialmente los de Gaza.
Una muerte que a todos nos abarca con violencia inusitada, que nos muestra el hambre, el abandono y, de paso, las indiferencias y los olvidos que viven los palestinos.
El día que el pueblo alcance e imponga la equidad y la justicia, el día que los libros y la poesía se asienten en nuestro espacio, hoy ocupado por la banalidad y los despropósitos del imperialismo corrompido y bestial, entonces también sabremos levantar la voz a favor de la paz, la felicidad, la justicia y la libertad.
Bueno, aquí está el poema que Jaime Sabines sin duda les haría llegar a los niños muertos hoy en Gaza:
“Morir es retirarse, hacerse a un lado, ocultarse un momento, estarse quieto. Pasar el aire de una orilla a nado. Y estar en todas partes en secreto. Morir es olvidar, ser olvidado, refugiarse desnudo en el discreto calor de Dios y, en su cerrado puño, crecer igual que un feto.
“Morir es esconderse bocabajo, hacia el humo, el hueso y la caliza, y hacerlo bajo tierra y con trabajo. Apagarse es morir, lento y aprisa. Tomar la eternidad como a destajo y repartir el alma en la ceniza”.
Poemario, Jaime Sabines (Frasesmaspoemas.com).
Nota. - Felicidades a todos. Nos volveremos a encontrar, si se puede, el 15 de enero del 25.
* Jesús Sosa Castro es activista social en la Ciudad de México. Articulista y colaborador en diversos medios de comunicación impresos y digitales. Fue miembro del Partido Comunista Mexicano y de todas las organizaciones político-electorales que de él se desprendieron.
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