Una coalición de sindicatos presentó una queja formal contra Arabia Saudita. Acusa a su gobierno de cometer y permitir graves abusos contra los derechos humanos de miles de trabajadores migrantes. La denuncia se presentó hoy ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT) e hizo recordar el vergonzoso caso de Qatar en 2022.
Freedom United* / Agencia AP / Edición: 4 Vientos
En ocho naciones árabes del Golfo Pérsico, incluido Arabia Saudita, la explotación de la mano de obra migrante a la región es cotidiana, alentada, permitida por los gobiernos regionales (Imagen: TeleSur).
Los trabajadores alegan recibir malos tratos y robo de salarios, lo que afectó a más de 21.000 trabajadores migrantes en la última década.
Esto sucede mientras la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) se prepara para finalizar la elección de Arabia Saudita como sede de la Copa del Mundo de 2034.
La Internacional de Trabajadores de la Construcción y la Madera (ICM), el sindicato mundial que está detrás de la denuncia pidió a la OIT que investigue los presuntos abusos.
La declaración de la ICM destaca las condiciones de explotación que enfrenta la vasta fuerza laboral migrante del país, describiendo su situación como similar al trabajo forzoso.
El gremio detalló las denuncias de tarifas de contratación ilegales, retención de salarios y pasaportes, restricciones a la movilidad laboral y casos de violencia física y sexual, especialmente contra las trabajadoras y los trabajadores domésticos.
"Los indicadores de trabajo forzoso son desenfrenados", afirmó la ICM al presentar su denuncia en la OIT.
Los comentarios de 200 trabajadores revelaron la servidumbre por deudas del 85% de los encuestados, la retención de pasaportes y documentos de identidad en un 65%, las restricciones a la terminación y salida libre de los contratos de trabajo en un 63% y la retención de salarios en un 46%.
La situación actual se hace eco de una denuncia similar presentada hace una década contra Qatar, el anfitrión de la Copa del Mundo de 2022.
En ese momento, Qatar se enfrentó a un intenso escrutinio, incluso por parte de la comunidad internacional de la organización derechomunanista Freedom United, por sus malas prácticas laborales, incluido el controvertido sistema de kafala, también conocido como “sistema de patrocinio”.
Caricatura que alude a la explotación laboral durante la construcción de los estadios en Qatar (Imagen: Pascal Kirchmar / Facebook).
Se trata de un patrón de explotación laboral que prolifera en al menos 8 estados islámicos del Golfo Pérsico, entre ellos Arabia Saudita, en el que se exige que todos los trabajadores migrantes tengan un garante (kafeel) dentro del país de acogida, normalmente su empleador, quien se responsabiliza del visado y del permiso de residencia.
La mayoría de quienes se acogen al modelo provienen de países en vías de desarrollo y se desempeñan en sectores no cualificados, como la construcción o el trabajo doméstico, por lo que suponen mano de obra barata para los países de acogida.
Bajo presión mundial, Qatar colaboró con la OIT y reformó parte de su sistema laboral, al menos sobre el papel, ya que seguía sin abordar adecuadamente los abusos laborales sufridos por los trabajadores migrantes que construyeron estadios de la Copa del Mundo y otras infraestructuras.
Aunque la FIFA confirmó provisionalmente a Arabia Saudita como sede de la Copa del Mundo de 2034 en octubre pasado, la oferta oficial está prevista para julio.
La FIFA exige a los candidatos que se adhieran a una evaluación independiente de los derechos humanos, lo que garantiza que el torneo no afecte negativamente a los haberes laborales reconocidos.
La candidatura de Arabia Saudita incluye planes ambiciosos, como la construcción de hasta 10 nuevos estadios, incluido un recinto futurista de 45.000 asientos cerca de Riad, capital del país árabe, como parte del proyecto Visión 2030 del príncipe heredero Mohammed bin Salman, todo lo cual requerirá una amplia fuerza laboral.
Los críticos argumentan que la fuerte inversión de Arabia Saudita en la organización de eventos internacionales, desde la Copa del Mundo hasta los Juegos Asiáticos de Invierno de 2029 y la Exposición Universal de 2030, es una forma de "lavado deportivo" destinada a distraer la atención de su negativo historial de derechos humanos.
La denuncia, apoyada por Amnistía Internacional, Equidem, FairSquare y Human Rights Watch, fue presentada durante la conferencia anual de la OIT en Ginebra.
"La presentación de la ICM es una alarma intermitente para empresas y organizaciones como la FIFA que planean eventos masivos en Arabia Saudita", manifestó Minky Worden, directora de iniciativas globales de Human Rights Watch.
La comunidad de Freedom United pidió urgentemente a las autoridades qataríes y a la FIFA que se comprometan a proteger a los trabajadores migrantes de la explotación y a remediar los abusos contra los derechos humanos sufridos como resultado del torneo.
* Freedom United es una organización civil independiente que tiene su oficina matriz en Nueva York. Tiene oficinas en decenas de países de Norteamérica, Europa, Medio Oriente y Asia. Su trabajo altruista los agrupa en áreas de educación, empoderamiento y acompañamiento a personas y comunidades que padecen esquemas de trata y/o esclavismo contemporáneo en el mundo.
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