Sin duda, esta es la primera vez que en México se desarrolla una propuesta pedagógica con un marco conceptual encaminado hacia la emancipación, la interculturalidad, el humanismo, la comunidad, la territorialidad, el pensamiento crítico y la problematización de la realidad -entre otras bondades- que los docentes, a partir de la autonomía curricular, pueden abordar en sus comunidades escolares.
José Luis Treviño Flores* / Edición: 4 Vientos
La NEM está comenzando a crear conciencia colectiva y lo ha hecho primero entre los maestros (Imagen: UNIR).
Con ella se busca, mediante proyectos creativos muy específicos y precisos, transformar la realidad de país y formar alumnos que se perciban como entes conscientes del momento en el que viven, así como valorar sus potencialidades cognitivas, ejercer su derecho a una vida digna y desarrollar un pensamiento crítico.
En los gobiernos del periodo 1970 a 2018 era impensable ejercer una reforma educativa con estas características.
Era imposible siquiera hablar de la posibilidad de que los docentes tuvieran la oportunidad de crear sus propios contenidos, con base en el co-diseño, que les permitiera elaborar un programa pedagógico sintético y analítico desde el estudio socioeducativo y la lectura de su propia realidad, la cual tomara en cuenta la opinión directa del alumnado y de los habitantes del territorio donde éstos habitan.
El aterrizaje de la Nueva Escuela Mexicana (NEM) en 2021, ha sido un reto enorme desde todas las aristas posibles.
Las implicaciones filosóficas, políticas, históricas y pedagógicas que el programa representa, sometieron a la comunidad educativa a la realización de un debate profundo nunca antes visto.
De pronto, los maestros tuvieron que darse cuenta de que, en realidad, son pedagogos y no entes reproductores de planes y programas. De pronto la pala de la realidad les golpeó de manera sistemática en cada paso dado.
¿Cómo hacer lo que nunca se había hecho? ¿Cómo abordar los espacios creativos y didácticos sin caer en la eterna monotonía de reproducir contenidos encaminados a formar obreros para la industria maquiladora?
Pero, sobre todo: ¿Cómo lograr implementar el principio comunitario en una sociedad convulsa y agredida por el narcotráfico, la desintegración familiar, la violencia en todas sus manifestaciones y la desconfianza en una institución golpeada por los gobiernos anteriores al 2018?
Las pandillas y la delincuencia organizada tienen tomados los territorios en donde se asientan las escuelas y sus alrededores; los” puchadores” de drogas tienen secuestrados a los niños y adolescentes, y cada vez es más común observar operaciones de revisión de mochilas en donde se localizan narcóticos, vapeadores y armas.
Se trata de crear un sistema educativo nacional sobre cinco pilares fundamentales: equidad y calidad, revaloración del magisterio, arte y educación física, niños, niñas y jóvenes al centro, y la inclusión del civismo (Imagen: Gobierno del estado de México).
Los padres de familia aun trabajan jornadas extenuantes para poder llevar a los hijos el pan a la mesa, quienes la mayor parte del tiempo están solos, desatendidos y a merced de la delincuencia.
Los malhechores toman a las escuelas como guarderías y los maestros están solos tratando de lograr que la NEM se instaure, pero lo hacen sin contar con una comunidad social sólida.
Es cierto que los programas sociales encaminados al ataque de las causas de la delincuencia son un gran acierto, pero lo son de inicio como paliativo económico y no de emancipación porque, debemos reconocer, los gobiernos de Andrés Manuel López Obrador y Claudia Sheinbaum son capitalistas y están enfocados en la clásica democracia burguesa, con algunos intentos de aplicar democracia participativa.
Estamos muy lejos de una socialdemocracia o de un gobierno parlamentario.
Las luchas intestinas en el partido gobernante entre globalistas y nacionalistas siguen frenando el anhelado progreso porque está ganando los globalistas, corriente a la cual Claudia pertenece. Entonces la NEM, como propuesta socialista, choca con esa política económica capitalista, por lo que el pueblo sigue enclaustrado en un gobierno paternalista del cual ha sido hijo por muchas décadas.
También es cierto que se inició una politización que no existía, pero para la mayoría de la población las urnas siguen siendo el único camino que tienen para trascender.
Así, ¿cuántos años más deben pasar para tener ciudadanos egresados de una educación inclusiva, humana, crítica y en paridad?
Primero se deberá abatir la inseguridad pública con pasos, acciones contundentes, pero cómo hacer eso sin caer de nuevo en una estúpida “guerra”.
El crimen organizado tiene armas poderosas y tentáculos hasta lo más profundo de la sociedad. Así lo permitieron los gobiernos neoliberales anteriores y dejaron enraizado un problema de dimensiones gigantescas.
Video en YouTube del canal Pedagogía MX.
Por eso, los maestros tienen otra vez una encomienda muy difícil. Una vez más el gobierno pone en sus manos una labor titánica utilizando una metodología socializadora de enormes alcances, pero en escuelas con muchas carencias de infraestructura.
Los padres aún sostienen los edificios escolares con la cuota voluntaria, trabajando en escuelas rurales y urbanas localizadas en zonas marginales, sin tecnología.
Ya no podemos romantizar la cultura del esfuerzo porque, es cierto, estamos viviendo tiempos de transformación en medio de muchas cosas en contra y enormes presiones.
Los maestros mexicanos son rudos, disciplinados, con amor por su labor, curtidos hasta le médula en la adversidad. Eso lo sabe desde siempre el sistema educativo, pero éste muchas veces abusa de ello.
Sin embargo, la NEM está comenzando a crear conciencia colectiva y lo ha hecho primero entre los maestros; y de seguir así, tarde o temprano permeará en la sociedad con su principio pedagógico emancipador.
Y es aquí donde salta una inquietante pregunta: con el tiempo, ¿podrá un gobierno no socialista, tan cercano a los Estados Unidos, permitir tal emancipación?
Los mexicanos sabemos el camino. Ya pasó en Tlatelolco, en 1968. También con la educación socialista de Lázaro Cárdenas.
Ahora con la NEM en marcha, aún con sus carencias y sin quitar un ápice de su principio metodológico socialista, el pueblo se concientizará de su auténtico poder y entenderá, como en aquellas épocas no tan distantes, que aún hoy siguen vigentes muchos pendientes por resolver.
La experiencia de Argentina nos enseña que un gobierno progresista sin bases sociales sólidas termina en un Javier Milei psicótico ejerciendo el poder.
¡Mucho cuidado con no atender adecuada y justamente los territorios en materia de formación política, social y educativa! Las escuelas mexicanas ya no están para eso.
* José Luis Treviño Flores es profesor y activista social en Juárez, Chihuahua, en donde es subdirector académico de la Secretaría de Educación Pública.
Comments