El diputado Juan Manuel Molina García sumó una segunda acusación de traficar influencias en los poderes legislativo y judicial de Baja California. Ahora, para imponer la designación del juez Salvador Avelar como magistrado, acusó la agrupación de Abogados Progresistas Independientes de Baja California (APIBC).
Javier Cruz / 4 Vientos
La gobernadora Ávila y el diputado Juan Manuel Molina, aquí junto a Tatiana Clouthier en la toma de protesta de Marina del Pilar como gobernadora de BC, sostienen una relación política de altibajos. Se tendrán que soportar tres años más (Imagen: Semanario El Progreso).
La imputación se sumó a la que hace dos años hizo veladamente el presidente del Consejo de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) en Mexicali, Octavio Sandoval López, quien afirmó que en la comisión legislativa que preside Molina -Gobernación y Puntos Constitucionales- “hay diputados que conducen el proceso” para elegir una vacante de magistrado en el poder judicial.
El empresario se abstuvo de dar públicamente los nombres de los presuntos legisladores corruptos, pero instó a la Fiscalía General del Estado (FGEBC) a investigar el caso en donde lo menos que encontraría es un caso de tráfico de influencias matizado con un conflicto de intereses,
Obviamente, la fiscalía no atendió la sugerencia del empresario cachanilla.
Ahora, el pasado 28 de julio, Alberto Elías Menchaca, en representación de la organización de abogados, afirmó en un comunicado que Molina García “creó un monopolio legislativo” que le permite “sacar adelante” las iniciativas que sirven a sus intereses, como la nueva designación de Avelar.
Explicó: “Juan Manuel Molina, cuando fue diputado del PAN (Partido Acción Nacional), cabildeo entre sus pares para hacer consejero de la Judicatura a Salvador Avelar, a quien años después, ya en Morena, lo promovió y logró que el congreso y el poder judicial lo designaran Juez de Control”.
Y ahora, afirmó, aprovecha su liderazgo en el congreso para impulsar “a su amigo” (Avelar) como suplente del magistrado numerario Jesús Espinoza Orozco, quien en semanas dejará vacante el cargo por edad.
Molina lo hace, según el abogado, pasando por encima de los derechos que asisten a otros aspirantes al puesto y rompiendo el protocolo legal en el congreso para la elección de magistrados.
“Los 24 aspirantes a magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Estado merecen un trato de total imparcialidad y respeto porque tienen amplia trayectoria en el servicio de la abogacía. Por eso, llamo a todos los diputados del congreso a no permitir más abusos” del morenista.
Elías Menchaca concluyó señalando que Molina presiona a los jueces y magistrados de Baja California para que acepten las decisiones que adopten los integrantes de su grupo en el congreso, bajo amenaza y/o recordatorio de que “él será el encargado de organizar la elección de jueces y magistrados locales derivada de la reforma al Poder Judicial en puerta”.
El diputado, igual como lo hizo en la acusación del empresario Octavio Sandoval, rechazó la imputación de la APIBC y solicitó que si hay pruebas éstas se presenten ante las instancias legales y administrativas que correspondan.
De hecho, el legislador morenista recibió el 30 de julio un inesperado respaldo, lleno de elogios a su función como legislador, de parte de la gobernadora de Morena y pro panista Marina del Pilar Ávila Olmeda, con quien el diputado ha tenido una relación política errática, de encuentros y desencuentros.
El diputado Molina, claro ejemplo del oportunismo y servilismo al servicio de quienes colonizan al partido Morena en Baja California (Imagen: Alejandro Domínguez / La Voz de la Frontera).
En realidad, el éxito del licenciado en Derecho Juan Manuel Molina se sustenta en su oportunismo y capacidad para operar, hasta llegar al más impúdico servilismo a cambio de influencia y poder, a favor de los cuatro gobernadores con los que ha trabajado en cuatro legislaturas.
Esos mandatarios son los panistas José Guadalupe Osuna Millán y Francisco Vega de Lamadrid; el priista, morenista y petista Jaime Bonilla Valdez; y la morenista panista Ávila Olmeda, con quien laborará un trienio más luego de su segunda reelección como legislador “morenista” en la jornada electoral del pasado 2 de junio.
En esos gobiernos el pragmático diputado, sin ideología ni activismo y/o convicción política sólida, congruente, conocida y definida, ocupó cargos de elección popular como miembro del PAN, del partido Movimiento Ciudadano (MC) y de Morena.
Su camaleónica carrera política en Baja California se resume así:
1.- Diputado panista (Distrito 1, Mexicali) en la XIX Legislatura Constitucional del Estado (2007-2010) siendo gobernador el panista José Guadalupe Osuna Millán. Ocupó la presidencia de la Comisión de Justicia y Seguridad Pública, lo que le permitió abrir caminos de influencia en el poder judicial estatal.
2.- Diputado emecista (MC) por representación proporcional en la XXI Legislatura Constitucional del Estado (2013-2016), años en que gobernaba el panista Francisco Vega de Lamadrid. Repitió como presidente de la Comisión de Justicia.
3.- Diputado morenista (Distrito V, Mexicali) en la XXIII Legislatura Constitucional del Estado (2019-2021) en que gobernó Jaime Bonilla Valdez a quien armó e impulsó el frustrado bodrio legislativo inconstitucional de ampliación de plazo a 5 años de gobierno, siendo él presidente de la comisión de Gobernación, Legislación y Puntos Constitucionales.
4.- Diputado morenista (Distrito V, reelección) en la XXIV Legislatura Constitucional del Estado (2021 al 31 de julio de 2024), siendo gobernadora Marina del Pilar Ávila. Es presidente de la Junta de Coordinación Política del congreso.
5.- Diputado morenista (Distrito V, segunda reelección) de la XXV Legislatura Constitucional del Estado (2024-2027), en que Ávila Olmeda seguirá gobernando el congreso local ahora a través de su aliado incondicional y diputado Jaime Eduardo Cantón Rocha (Distrito 2, Mexicali), quien entrará en funciones como congresista el próximo jueves 1 de agosto.
El corrupto gobernador panista Francisco Vega, trabajó a gusto con el camaleónico diputado Molina (Imagen en Reddit).
Otro ejemplo del papel protagónico y personalista que el voluble legislador utiliza para salirse con la suya es el de la meteórica gestión y aprobación del séptimo municipio de Baja California en San Felipe.
Se trata de un asunto que identifica claramente el quehacer legislativo de un personaje volátil que concluyó el pasado 2 de junio con la elección de José Luis Dagnino López como el primer presidente municipal de la naciente jurisdicción municipal.
Con Dagnino al frente del grupo ciudadano que pidió la creación del séptimo municipio, el diputado promovió en "fast track" la tramitología legislativa para emitir el decreto de municipalización, para lo cual aprovechando su privilegiada posición en la comisión de Gobernación, Legislación y Puntos Constitucionales.
A continuación, Molina se las ingenió para que Dagnino asumiera el cargo de presidente del Consejo Municipal Fundacional del municipio de San Felipe, el 16 de agosto de 2021, y desde ahí lo impulsó como candidato de Morena a la presidencia municipal del primer ayuntamiento local, lo cual logró el 2 de julio con una paupérrima ventaja de 297votos.
Ante las críticas de fraude electoral a favor de su protegido (Dagnino López) emitidas por el partido opositor (el Verde Ecologista) y su candidata (Adriana López Quintero), el legislador hizo un llamado a los inconformes "a que no utilicen artimañas, aunque creemos que ni con ellas podrán cambiar el sentido de la elección”.
Convertido en inusual activista neo peñista, llamó a sus opositores a que "ya acepten la derrota" enalteciendo un hecho histórico: por primera ocasión, los ciudadanos de San Felipe, al menos el 50% de un padrón electoral de 15 mil ciudadanos, emitieron su voto para elegir al primer gobierno municipal de manera constitucional.
Esto aun cuando Adriana López denunció en el Instituto Estatal Electoral que en la jornada electoral se dieron "infinidad de irregularidades", por lo que pidió el conteo "voto por voto" de todas las casillas, solicitud a la que Molina y Morena se opusieron hasta lograr que el árbitro electoral también se abstuviera de atender el reclamo del verde ecologista, un aliado de Morena a nivel nacional.
En primer plano, el primer presidente municipal de San Felipe. Atrás, la sombra del buen árbol que lo cobija. En este caso exitoso a sus intereses, el diputado Juan Manuel Morales se apegó al guion que su excolega y amiga "morenista" -y usurpadora de identidad indígena- Miriam Cano utilizó años atrás para lograr. este 2024, la presidencia del sexto municipio de Baja California: San Quintín; es decir, operar desde el congreso y el gobierno estatal para salirse con la suya (Imagen: Diario El Mexicano).
AL DIABLO LOS PANISTAS; ¡MEJOR CON MORENA!
Molina García guardó silencio por años acerca de los motivos que lo llevaron a salir del PAN poco antes de ser postulado diputado estatal por MC en 2013, pero el pasado 24 de octubre de 2023, luego de afirmar que “hay una gran diferencia entre ser panista y ser miembro del Partido Acción Nacional, ya que la mayor parte de la gente que trabajó en los gobiernos del PAN solo eran miembros y no panistas”, dijo al periodista Vicente Guerra, del diario “La Voz de la Frontera”:
“Los verdaderos panistas se formaron en los ochentas y por eso nos fueron haciendo a un lado porque no cabíamos en los esquemas de los que se apoderaron de ese partido político y le dieron al traste”.
Y remató: “Es más, fuimos nosotros los que los mandamos al diablo. Yo mandé al diablo al PAN porque me di cuenta y conocí cómo eran, y lo rencorosos que siguen siendo”.
Pero no reparó en esos aberrantes defectos humanos de sus hoy ex colegas dominantes cuando en marzo de 2010, siendo diputado panista en el congreso, defendió al entonces presidente del poder legislativo estatal, el también panista Víctor González Ortega, en un proceso de expulsión de su partido por estar -Víctor González- involucrado en un escándalo de abuso en el consumo de bebidas alcohólicas, portación de arma prohibida y transporte de diversos estupefacientes en un vehículo oficial del congreso.
Uno de tantos actos vergonzosos de corrupción e impunidad de algunos panistas hechos gobierno. Molina García defendió al amigo hasta que logró llevarlo a las glorias del morenismo en Baja California (Youtube).
No solo hizo la defensa desde la curul para su amigo, actitud que lo enemistó con la dirigencia estatal del partido blanquiazul que finalmente separó a Víctor González del congreso y del PAN.
En su primera campaña electoral como aspirante de Morena al congreso (2019), Molina lo sumó como auxiliar y meses después, privilegios del poder, logró que ese instituto político lo contratara como asesor personal y de la bancada del partido, desde donde González Ortega vive del erario y representa al partido que fundó Andrés Manuel López Obrador.
Cabe destacar que jamás se levantaron cargos penales en contra González Ortega pese a que éste fue detenido en flagrancia, y que Hugo Alberto López Ávalos, el policía municipal de Mexicali que grabó en video el incidente del legislador como una forma de tratar de defenderse contra posibles represalias del congresista, fue suspendido de su trabajo poco antes de que las imágenes se hicieran públicas en un medio de comunicación de la capital bajacaliforniana.
Así de podridas están las cosas en Baja California.
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