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  • Foto del escritorOlga Aragón

INFORMACIÓN: La danza, antídoto contra la cultura de muerte

Con plena conciencia de que el arte tiene el poder de transformar a los bailarines en ángeles sin que pierdan su cuerpo humano, el maestro Jorge Domínguez Cerdá levanta el vuelo elevándose por encima de sí mismo, cuando se le pide que hable de la mayor pasión a la que ha entregado su vida: la danza.

 

Olga Aragón / 4 Vientos



El "espíritu más profundo" del gran coreógrafo estadounidense Gregorio Fritz (Foto: Antonio Berlanga / 2022).



“La danza es, para mí, la expresión más profunda del espíritu humano en lo que es más personal de nuestra existencia que es nuestro cuerpo, la única posesión verdadera que tenemos, todo lo demás es externo, lo que vestimos, el lugar dónde habitamos, son factores externos, lo único que realmente es nuestro, en todo el rigor de la soledad humana, de la condición de soledad del hombre, es el cuerpo”, comentó el artista.


Y profundizó en la definición de esta formidable herramienta que posee el artista y que va a la esencia de su naturaleza como ser humano.


“Es a través del cuerpo con lo que mejor puedes expresar lo más íntimo de tus sentimientos, y lo que más te acerca a entenderte con los otros, porque los otros tienen un cuerpo como el tuyo, y por extensión con el resto de la naturaleza, con los animales, con las plantas, con las rocas, con las fuerzas de la naturaleza, con el huracán, con el terremoto, con las lluvias torrenciales hay un algo que te conecta a nivel sensible con todo el universo y te hace sentir que puedes trascenderlo que puedes comunicarte con el todo a través del uno que eres tú”.

Jorge Domínguez es un bailarín mexicano, nacido en Monterrey, quien ha recibido los más altos galardones en reconocimiento por su trayectoria artística. En el 2010 obtuvo el Premio Nacional de Danza “José Limón”.


“Soy bailarín por equivocación”, dice con suma modestia al comentar que también le apasiona la ciencia, y que de no haberse encontrado en la vida con esa amante que es la danza, se habría dedicado a la física, a la química.


A propósito de la ciencia, y considerando que Ensenada se distingue por ser la ciudad con mayor número de científicos en el mundo en relación a la cantidad de habitantes que tiene, Jorge Domínguez exhortó a los científicos que radican en la ciudad porteña bajacaliforniana, a que se acerquen más a la danza porque van a encontrar en ella un gran acercamiento a sus propias disciplinas.


De hecho, los invitó a que asistan al Encuentro Internacional de Danza Contemporánea Entre Fronteras, que este año celebrará su 31 aniversario y se realizará del 25 al 29 de abril en el Teatro Universitario del Campus universitario Mexicali, donde se contará con la participación de grupos de danza de Chile, España y México.


Comentó que la danza genera una serie de enlaces en el cerebro que permite conectar con el cuerpo, y curiosamente a quienes practican la danza se les facilitan las matemáticas.



El maestro Jorge Domínguez (izquierda) en una de sus clases (Facebook).



Habiendo estudiado Sicología y Teatro en su ciudad natal, Jorge Domínguez también realizó estudios profesionales de Teatro y Danza en la Ciudad de México y después en Nueva York, donde fue aprendiz de Murray Louis y Alwin Nikolai, estudiando también con Louis Falco y Merce Cunningam, entre otros.


Domínguez fundó el Grupo Forion Ensamble en 1977, provocando con esta agrupación la más importante renovación en la danza contemporánea de México en los últimos 25 años, como innovador de soluciones escénicas cercanas al Tanz Theater alemán, el Performance y la Danza Posmoderna de los EE.UU.


Después de 13 años de creación y colaboración con estos y otros artistas, tales como la Compañía Romero/Domínguez y el Cuerpo Mutable, en el año de 1991 forma la Compañía Jorge Domínguez.


Este extraordinario maestro de la Danza, quien ha participado en el Centro Nacional de las Artes, Teatro de la Danza, Palacio de Bellas Artes y la Sala Miguel Covarrubias, también ha dado talleres de danza para principiantes y alumnos avanzados en el Centro Estatal de las Artes de Ensenada (Cearte).


Su relación con Baja California es estrecha, Ahí fue director Estatal de Danza, cargo que también desempeñó en el gobierno en la Ciudad de México.


Además, ha sido coordinador Nacional de la Danza del Instituto Nacional de Bellas Artes, donde implementó el Programa Nacional de Apoyo a la Danza. Participó en el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes (FONCA) y en la Secretaría de Educación y Cultura de Veracruz, creando en este estado el "Umbral del Espejo", espectáculo que se realizó en el histórico edificio de San Juan de Ulúa, inspirado en danzones y leyendas veracruzanas.


Participó decididamente en la creación de un programa de Danza en el Centro Cultural Tijuana; fue fundador del Seminario de Danza del Centro de Artes Escénicas del Noroeste y el Espacio de Cámara del Noroeste. También ha participado en la Universidad Estatal de San Diego.


- Maestro, desde su trayectoria y experiencia cómo ve la danza contemporánea en México, ¿cuál ha sido su evolución?



Una vez que encuentras un conocimiento formal propio es entonces cuando tu sentido creativo tiene una herramienta única: eres tú haciendo lo que tu entiendes mejor contigo mismo y con tu entorno (Foto: Facebook).



“Ahorita está en un proceso de consolidación descentralizada, a partir de la creación en 1994, por el Instituto de Bellas Artes, de la Red Nacional de Festivales de Danza que promovió el desarrollo de esos pequeños gérmenes de festivales que había por toda la república. Ya se realizaban en San Luis Potosí, en Culiacán, en Monterrey, pero no estaban administrativamente bien estructurados”.


La red permitió el intercambio de experiencias que se derramaron al resto de los movimientos dancísticos del país y permitió que la gente que estaba haciendo trabajos desde lo muy elemental hasta cosas interesantes y mejores en algunos casos a los que se hacían en la Ciudad de México, tuvieran la posibilidad de tener la información suficiente para crear propuestas propias.


Con esta iniciativa, el movimiento contemporáneo dancístico, con sus propias características, rompió lo que existía en años ochenta de hegemonía estética de la danza. Todo mundo tuvo acceso al conocimiento, que dejó de ser patrimonio de unos cuantos para ser de todos.


“Ahorita, por ejemplo, Ensenada es un caldo de cultivo muy rico. Tiene una comunidad interesante; tiene un nivel cultural mayor al de otras regiones del país”.


- La danza contemporánea, en términos de la historia del arte, es una disciplina joven ¿En México se tienen ya las condiciones para crear una escuela de danza de alcance internacional?


“El crear una escuela a nivel mundial requiere de un largo proceso para generar una forma particular de la danza. Aunque es innegable que hay un carácter mexicano en nuestra expresión dancística, y no necesariamente a través de la técnica, aunque también nos falta recorrer cierto camino de conocimiento más profundo, más firme de la forma, porque la forma es lo que te permite el pensamiento creativo: una vez que encuentras un conocimiento formal propio es entonces cuando tu sentido creativo tiene una herramienta única: eres tú haciendo lo que tu entiendes mejor contigo mismo y con tu entorno. Eres tú perfeccionando esa formidable herramienta que es el cuerpo humano”.

Su formación científica lleva al artista a resaltar la importancia que tiene para el bailarín conocer a fondo su herramienta de trabajo: su cuerpo.


“El cuerpo humano no cambia, siempre tiene una cabeza, dos brazos, un tronco y dos piernas. Lo increíble es el infinito número de cosas que se pueden hacer con esas pequeñas cosas. Es asombroso como la danza en la Inda, Rusia, en China, en Australia, se ha dado como fenómeno humano, porque antes que nada la danza es un fenómeno humano. Tú avientas una piedra en cualquier parte del mundo y hay una gran probabilidad de que le pegues a un bailarín.



El proceso creativo de la danza en una imagen (Foto en facebook).



Afirma también que la danza “depende de su relación con lo social” ya que de ahí nació: de una forma de comunicación de la gente con las deidades superiores y con la naturaleza.


“Las temáticas son universales: el amor, la muerte, la soledad. Pero cómo lo expresas en tu entorno particular. Lo que llamamos la mexicanidad está implícita en muchísimas cosas que van más allá del retrato del pintoresquismo nacional. Y cada vez nos acercamos más a nosotros mismos, sin el tamiz de la procedencia indígena y la procedencia española. Ya pasamos esa etapa de nacionalismo de tarjeta postal que se dio en México y en todo el mundo”.


Consideró que cada día que pasa nos reconciliamos más con nosotros mismos, de ser lo que somos.


“Ahorita por ejemplo estoy trabajando con mis alumnos en explorar las historias y leyendas de Ensenada, porque si no conocen el medio ambiente en que viven y no voltean a ver la belleza y los problemas de su propia comunidad y de propio entorno, no pueden hablarle a nadie de quiénes son. Y lo único que trato de evitar es la copia. No copien lo que ven, hagan lo que sientan. Eso es lo importante, porque se es honesto”.


Domínguez insiste en que la única posibilidad que tiene el artista de encontrar y desarrollar su propio estilo es la honestidad.


“Para que podamos encontrar un estilo tenemos que ser honestos con nosotros mismos, y partir de donde estamos, de lo que somos y de lo que podemos generar. No podemos pedir fórmulas prestadas. Por eso siempre trato de orientar las enseñanzas a un estado abstracto y más científico, le dio a mis alumnos que el hombro tiene determinadas articulaciones que le permiten moverse de determinadas formas, pero cada bailarín debe encontrar cómo moverlo qué hacer con esa herramienta suya que es su cuerpo, que tiene sentimientos, emociones, cultura y un pasado y una educación determinada, que tiene incluso problemáticas conductuales que son hereditarias, como hereditario es el acento de nuestra voz”.

- ¿Estamos sentando las bases para crear un movimiento dancístico contemporáneo en el país? ¿Las escuelas de danza incluyen esta disciplina?


“Todas las academias de danza incluyen lo contemporáneo. Tenemos academias con nivel técnico de primera, pero falta tener más conciencia de los niveles profesionales en el mundo. Por eso la importancia de los festivales internacionales, para podernos comparar. Porque en la pecera cualquier sardina se siente tiburón, pero los festivales nos permiten traer un pedazo de océano para ver en dónde vamos a nadar”.



No sólo los bailarines, sino todos los seres humanos deben aprender a conocer mejor su cuerpo para lograr una mayor conexión con el universo y con la humanidad misma



En Tijuana, comentó Domínguez, ya se generó un movimiento que se consolida. Pero en otras ciudades del Noroeste de México falta eso.


“Tenemos buenos inicios, porque los bailarines que se están formando ya tuvieron maestros y coreógrafos muy buenos, que les dieron bases técnicas y conceptuales para el inicio, y de ahí partimos para que surjan nuevas propuestas”.


- En las escuelas del sistema de educación pública, en todos los niveles, la formación es muy restringida en educación artística. ¿Qué está faltando ahí?


“Estamos hablando de un problema a nivel mundial. En algún lugar del mundo, algún absurdo burócrata dijo ´para qué sirve el arte, no produce dinero. ¡Quítenlo de las materias escolares, que los estudiantes se concentren en lo fundamental, que aprendan a leer y a escribir, que aprendan los números y tan tan´. Y sin darse cuenta de que así estaban castrando la parte espiritual del ser humano, que es tan importante como todo lo demás, de pronto tenemos en las currículas de todo el sistema educativo, desde el kinder hasta la universidad, que todo está orientado a la cuestión material del mundo y deja de lado el desarrollo de la imaginación, la capacidad de juego, la necesidad de interactuar con los otros”.


Manifestó que, al hablar del arte en las escuelas, los funcionarios de educación pública no deben pensar que el artista quiere que se produzcan sólo bailarines, escritores, músicos y escultores.


“No, no. Deben pensar en que una clase de música, a lo que ayuda es a que todos trabajen en conjunto para producir algo hermoso, algo que es producto finalmente de todos, no de uno”.

- Quizá ese es el problema, maestro. No quieren formar niños y jóvenes así.


“Pero deben entender que las clases de música también son necesarias para que los alumnos aprendan a escuchar, a poner atención en lo que dice el otro. Si usted va a ser abogado, eventualmente tiene que escuchar lo que le dice el otro. Si va a ser sicólogo, administrador, quiere vender un producto equis, usted escucha a su interlocutor y del puro tono de voz de otro, va a poder tomar una determinación. La música también sirve para eso.



La narco cultura, cultura de la muerte. Otros cuerpos en movimiento (Imagen: chilango.com)



“Y si da clase de pintura, más adelante un arquitecto va a tener una noción más clara de su obra”.


Por ello, enfatiza el artista, la imaginación es un estado absolutamente necesario, pero los daños causados desde el sistema educativo en la formación de los estudiantes son graves porque no solamente se hizo a un lado en las escuelas la enseñanza del arte; también se eliminó el civismo, la cuestión social, “y ahora no se entienden cosas elementales de la convivencia humana, como el decir por favor y gracias”.


Al insistir también en la necesidad de que no sólo los bailarines, sino todos los seres humanos aprendan a conocer mejor su cuerpo para lograr una mayor conexión con el universo y con la humanidad misma, el director de danza comentó que los tiempos de descomposición que estamos viviendo como sociedad demuestran en su lado negativo la importancia del cuerpo humano.


- ¿Es tan importante que por eso los partidarios de la muerte, los narcotraficantes, torturan y mutilan a sus víctimas?


 “Esa es la máxima expresión del horror, desmembrar un cuerpo. Carlos Monsiváis, en su libro Los 40 mil velorios, nos dice que esa gente esta tan desesperada y tiene un destino tan triste, un no futuro en su existencia, que lo único que les queda es un odio feroz contra todos y contra sí mismos porque saben que su existencia es absolutamente perentoria y piensan llevarse a la tumba a todos los que puedan arrastrar con ellos”.


El artista de la danza concluyó:


“Estamos fomentando una cultura de la muerte y no de la vida. Y si hay algo que puede expresar la extraordinaria maravilla que es la vida, más allá de lo humano, es la danza, porque nos enseña, como sabían los antiguos, que hay un espíritu en todas las cosas del universo”.


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