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Tiburón ballena sigue asombrando a científicos que lo estudian en el Mar de Cortez

  • Foto del escritor: Javier Cruz
    Javier Cruz
  • 10 may
  • 6 Min. de lectura

Especialistas del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE) se sumaron este año a los programas de conocimiento, conservación y monitoreo del tiburón ballena (Rhincodon typus) que de junio a diciembre radica en el Mar de Cortez, específicamente en Bahía de los Ángeles, Baja California.

 

4 Vientos / Todos@Cicese



En la zona de Bahía de Los Ángeles, Baja California, el grupo de monitoreo colectivo "Pejesapo" ha registrado más de mil 250 ejemplares de tiburón ballena a lo largo de 17 años de constante y metódica observación (Imagen: Cicese).
En la zona de Bahía de Los Ángeles, Baja California, el grupo de monitoreo colectivo "Pejesapo" ha registrado más de mil 250 ejemplares de tiburón ballena a lo largo de 17 años de constante y metódica observación (Imagen: Cicese).

Se trata de una especie “vulnerable a la extinción” que está incluida en la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) –alianza internacional de más de mil 400 organizaciones gubernamentales y civiles en donde contribuyen más de 16.000 expertos-; en tanto que la Norma Oficial Mexicana (NOM) 059 la enlista como “Amenazada”.


En 2008, pescadores, científicos y habitantes de Bahía de Los Ángeles se unieron para crear un grupo de monitoreo comunitario al que nombraron “Pejesapo” que desde entonces estudia y protege al pez más grande conocido -hasta el momento- del planeta.


Diecisiete años después, en la zona de Reserva de la Biosfera Bahía de los Ángeles, Canal de Ballenas y de Salsipuedes, relativamente aislada del turismo y por ello referente mundial para la investigación y protección de esta especie en peligro por ser un importante sitio de alimentación durante su temporada de estancia, el grupo reportó un registro de individuos de más de mil 250 ejemplares.



El equipo de investigación que encabeza la especialista Paola Judith Delgado se prepara para operar el dron y la tecnología nacional desarrollada en el centro de investigación mexicano para monitorear al tiburón ballena. Esto en la Reserva de la Biósfera Bahía de los Ángeles, Canal de Ballenas y de Salsipuedes del Golfo de California (Imagen: Cortesía CICESE).
El equipo de investigación que encabeza la especialista Paola Judith Delgado se prepara para operar el dron y la tecnología nacional desarrollada en el centro de investigación mexicano para monitorear al tiburón ballena. Esto en la Reserva de la Biósfera Bahía de los Ángeles, Canal de Ballenas y de Salsipuedes del Golfo de California (Imagen: Cortesía CICESE).

DRONES E INTELIGENCIA ARTIFICIAL


Ya en este 2025, dos grupos del Centro de Investigación Científica y de Educación Superior de Ensenada (CICESE), de las áreas de Ecología Marina y Ciencias de la Computación, entablaron una colaboración para probar la eficiencia del uso de drones y modelos de inteligencia artificial (IA) en la identificación y seguimiento de tiburones ballena en Bahía de los Ángeles.


Para ello, antes establecieron que la actividad ecoturística y la condición vulnerable de la especie, clasificada en México como amenazada, hacen que su monitoreo sea indispensable, pues “es la forma de verificar cómo se encuentran las poblaciones y detectar si algún factor ambiental o de la actividad humana las está afectando”.


De acuerdo con un comunicado del centro de investigación, la colaboración multidisciplinaria se materializó a través de la tesis de maestría de Paola Judith Delgado García, recientemente egresada del posgrado en Ecología Marina, con la asesoría de los doctores Oscar Sosa Nishizaki y Emiliano García Rodríguez, peritos del CICESE.


Como parte de la investigación, Paola estuvo en Bahía de los Ángeles donde usó el dron como herramienta para capturar imágenes que más adelante serían utilizadas para entrenar a los modelos de IA para la detección automática de la especie.


La experta manifestó que gracias a que el tiburón ballena se alimenta de plancton, regularmente se encuentra en la superficie, lo que facilita que se pueda observar desde la embarcación, como lo hace actualmente el grupo de monitoreo, o desde el aire, con el dron.


Para la investigación, Paola y sus asesores contaron con la colaboración del Laboratorio de Ciencia de Datos y Aprendizaje Automático, a cargo del doctor Irvin Hussein López Nava, investigador del Departamento de Ciencias de la Computación del CICESE.



“Para entrenar un modelo de IA lo primero que se necesita es un volumen grande de datos, requisito que se cumplió con la captura de videos en Bahía de los Ángeles realizada por Paola, combinada con la aplicación de técnicas de aumento de datos”.

(Hussein López Nava).



Luego, manualmente, se les indicó a los modelos de IA dónde se encontraba el tiburón dentro de los cuadros del video para que comenzara a aprender cómo es la especie y que después no fuera necesaria la intervención humana para detectarlo.


Hussein y sus estudiantes llevaron este proceso mediante dos técnicas.


La primera se basó en el software DeepLabCut, una herramienta de código abierto diseñada para rastrear animales en video, aunque no particularmente tiburones, por lo que el equipo propuso un nuevo modelo anatómico para el tiburón ballena que utilizó puntos clave de su cuerpo.



El tiburón ballena es una de las criaturas más impresionantes que habitan el planeta. Es el pez existente más grande del mundo, llega a medir aproximadamente de 12 a 18 metros de largo y se cree que habita la Tierra desde hace sesenta millones de años (Imagen: CONANP).
El tiburón ballena es una de las criaturas más impresionantes que habitan el planeta. Es el pez existente más grande del mundo, llega a medir aproximadamente de 12 a 18 metros de largo y se cree que habita la Tierra desde hace sesenta millones de años (Imagen: CONANP).

TECNOLOGÍA NACIONAL, MEJORADA


La segunda técnica consistió en desarrollar el modelo desde cero y entrenarlo para que reconociera al tiburón ballena de forma más eficiente que DeepLabCut, de tal manera que pudiera distinguir a esta especie de otros elementos que aparecen en las imágenes, como embarcaciones o nadadores.


Esta técnica fue nombrada Multi-Scale Patch (MSP).


Tras probar con ambas técnicas, concluyeron que MSP fue más eficiente y por ello realizaron mejoras hasta lograr que no solamente detectara al tiburón, sino que, cuadro por cuadro, siguiera su trayectoria incluso bajo condiciones ambientales adversas.


“Con lo que en este momento tenemos, el modelo podría utilizarse para conteo, lo que te permite estimar poblaciones, pero también puede abarcar un sinfín de opciones”, anticipó Paola Delgado, entre ellas estimar tallas o estudiar comportamientos.


La investigación se desarrolló como parte del proyecto “Uso sustentable de la megafauna marina en Áreas Naturales Protegidas: aspectos socioeconómicos y la aplicación de tecnologías emergentes para su monitoreo”, proyecto financiado por la Secretaría de Ciencia, Humanidades Tecnología e Innovación (SECIHTI).



Los científicos y habitantes de Bahía de Los Ángeles ahora se preguntan ¿qué tanto el ecoturismo está alterando los hábitos y costumbres del coloso de los mares? (Imagen: Cicese).
Los científicos y habitantes de Bahía de Los Ángeles ahora se preguntan ¿qué tanto el ecoturismo está alterando los hábitos y costumbres del coloso de los mares? (Imagen: Cicese).

AVANCES EN EL GOLFO DE CALIFORNIA


Por su parte, el grupo “Pejesapo” reportó en julio de 2022 que su investigación permitió que la organización Tiburón Ballena México reúna los datos necesarios para llegar a conclusiones importantes.


Una de ellas, dijo Dení Ramírez, directora de esa corporación civil, es que los ejemplares que se quedan en el Golfo de California son los “juveniles”, es decir, aquellos que no han alcanzado su madurez sexual y, por lo tanto, nunca se han reproducido.


Asimismo, la formación no gubernamental destacó que “el Golfo de California es como el ‘kindergarden’, la primaria y la secundaria para estos animales”.


Ramírez afirmó al portal de la organización medioambiental internacional Mongabay, que una vez que los tiburones ballena están cerca de la madurez sexual, se van y ya no se les vuelve a ver.



“Tenemos animales que los hemos visto durante 10 años, pero luego dejan el Golfo de California y no sabemos a dónde se van”.

(Deni Ramírez).



Ello sucede pese a que los científicos que trabajan con el grupo han colocado marcas satelitales a los tiburones con los que los ubica en aguas cercanas al área de Reserva de la Biósfera, pero cuando se internan mar adentro se pierde el rastro.



El tiburón rig, de Nueva Zelanda, se une al debate internacional sobre el presunto "silencio" de todos los escualos del mundo, algo que en Bahía de Los Ángeles no corresponde a la realidad del tiburón ballena (Imagen: Paul Caiger / Universidad de Auckland).
El tiburón rig, de Nueva Zelanda, se une al debate internacional sobre el presunto "silencio" de todos los escualos del mundo, algo que en Bahía de Los Ángeles no corresponde a la realidad del tiburón ballena (Imagen: Paul Caiger / Universidad de Auckland).

EL “TAMBOREO” DEL MUDO


Igualmente, y contrario a lo que reportan otras investigaciones hechas a la especie en océanos y mares del planeta en el sentido de que ésta no emite sonidos, el grupo “Pejesapo” encontró en Bahía de Los Ángeles que sí lo hace, lo que abrió un debate que aún hoy está vigente porque no existe un registro claro del sonido que los tiburones ballena presuntamente emiten.


“Sí hacen ruidos. Suenan como un tamboreo”, afirmó Vanessa Vázquez, veterinaria especializada en biotecnología marina y encargada del proyecto comunitario, en el reporte de divulgación hecho por Mongabay.


Si los tiburones ballena emiten o no sonidos, es un debate vigente aun entre científicos porque no existe, por ahora, un registro claro.


Al respecto, el pasado 2 de abril, el medio especializado Royal Society Open Science publicó un estudio de Carolin Nieder, del Instituto Oceanográfico de Woods Hole (Estados Unidos), en donde ésta reporta lo que para ella y su grupo de trabajo fue “algo completamente inesperado”: una especie de tiburón que emite chasquidos bajo el agua.


Se trata del tiburón rig (Mustelus lenticulatus), una especie endémica de Nueva Zelanda, que emite sonidos de alta frecuencia cuando es manipulado, aun cuando la experta reconoció no saber con certeza si se trata de una señal de auxilio, una advertencia o simplemente el ruido de sus dientes.


Sin embargo, eso sí, los autores de la investigación destacaron que este “es el primer caso documentado de un tiburón produciendo sonido de manera deliberada”.


Cabe destacar que en diciembre de 2022 un grupo de científicos marinos que grababa un documental para la británica cadena pública de comunicación BBC, capturó unos sonidos mientras filmaba con una cámara acoplada a la cabeza de un tiburón ballena.


“Se trató de unos susurros graves y ásperos que coincidieron cuando un tiburón rozó la parte inferior del tiburón ballena”, lo que hace recordar lo que por años han sostenido los integrantes del grupo “Pejesapo” en Bahía de los Ángeles:


“Sí hacen ruidos. Suenan como un tamboreo”.



Video en Youtube del canal "SonidoS 4U"



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