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INFORMACIÓN: Los deliciosos tejocotes, más que una fruta indispensable para elaborar "ponche" navideño

Los tejocotes pertenecen a un género de plantas cuya taxonomía no ha sido aún bien establecida. Sin embargo, se han destacado por su uso en la medicina tradicional e incluso se han empleado para producir medicamentos herbolarios contra enfermedades cardiovasculares e hipertensión arterial.

 

Diana López Fitz* / Edición 4 Vientos



Indispensable en el tradicional "ponche" mexicano (Facebook).



Debido a sus propiedades, los estudios farmacológicos demuestran su efectividad, seguridad y eficacia, principalmente para el tratamiento de algunas enfermedades cardiovasculares.


Desentrañar la taxonomía del género Crataegus es muy complejo: pertenece a la familia Rosaceae y subfamilia Maloideae; en México, las especies de este género son conocidas como tejocotes y en Europa se les llama espinos.


Las especies de Crataegus se encuentran en las zonas templadas del norte de América, Asia Oriental y Central y Europa.


Algunos autores reportan 1 000 especies distribuidas en Asia y Europa, mientras que otros indican que hay 1 200 especies en todo el mundo, de las cuales entre 150 y 200 se localizan en el continente americano y tan sólo 15 especies están en México.


La descripción botánica del tejocote indica que son arbustos grandes, o bien árboles pequeños distribuidos en distintas regiones del planeta.


Los frutos de este género se consumen de manera directa, o bien son utilizados como materia prima para elaborar mermeladas, jaleas, vino, jugo y diversos alimentos dulces.


Para estos usos tradicionales, principalmente se cultivan algunas especies, como C.s pinnatifida en Asia Oriental; C. azarolus y C. germánica en Europa, y C. mexicana y C. opaca en América.



El árbol, las frutas y las flores del tejocote (Foto: Periódico El Popular)



Diferentes partes de la planta también se pueden utilizar en la medicina tradicional para tratar la diarrea, el insomnio, la enfermedad de la vesícula biliar y algunas patologías respiratorias como tos, gripe, bronquitis y asma.


En el libro “De Materia Medica”, escrito en el siglo I de nuestra era por Dioscorides Anazarbeo, un médico, farmacólogo y botánico de la Grecia romana (40 a 90 d. c.) cuyo escrito se convirtió en el principal manual de farmacopea durante toda la Edad Media y el Renacimiento, se mencionan por primera vez los remedios elaborados a partir de las hojas y flores del género Crataegus para curar las enfermedades cardiacas.


Asimismo, en la medicina tradicional china el uso de estas plantas aparece registrado en la primera farmacopea, Tang Ben Cao, en el año 659, y hasta el siglo XIX se documentó su uso en América para tratar diversas enfermedades cardiacas.


En 1930 se comenzó la investigación científica de las preparaciones de Crataegus, y en 1941 los extractos (infusiones, maceraciones, tinturas y decocciones acuosas) de esta planta se describieron en la farmacopea alemana.


En 2016, la Asociación Médica Europea, por conducto del Comité de Medicamentos a Base de Hierbas, declaró la validez del uso tradicional de Crataegus para tratar problemas cardiacos.


Y en la actualidad se tienen extractos estandarizados, entre los cuales los más estudiados y conocidos son el WS 1442 (CardioMax) y el Li 132, los cuales son utilizados para el tratamiento de la insuficiencia cardiaca y de la hipertensión.


En el continente europeo se permite usar las hojas, flores y frutas para tratar los padecimientos cardiacos debido a que estos tejidos vegetales poseen efectos antiespasmódicos, cardiotónicos, hipotensores y antiateroscleróticos.



En su muy popular y sabrosa presentación como conserva en almíbar (Captura de pantalla en Youtube).



Además de utilizarse para tratar diversas enfermedades, sobre todo cardiovasculares, también hay evidencias que demuestran otras actividades biológicas de las especies de Crataegus spp.


Algunos estudios señalan los efectos sobre el sistema digestivo para proteger la mucosa gástrica; adicionalmente, los tejocotes ayudan a tratar la diabetes y la obesidad, tienen actividad antimicrobiana y actúan contra algunos parásitos protozoarios.


Igualmente son anticancerígenos, antioxidantes y resultan benéficos para el sistema nervioso gracias a sus efectos ansiolíticos, además de que cuentan con actividad antiinflamatoria e inmunomoduladora.


Con respecto a las propiedades para tratar padecimientos cardiovasculares, se ha comprobado que Crataegus posee efectos antiateroscleróticos que ayudan al tratamiento para la insuficiencia cardiaca crónica clase II, según la New York Heart Association.


Asimismo, se ha reportado su efecto inotrópico positivo, efecto remodelador anticardiaco, efecto de agregación antiplaquetaria, protección contra la lesión por isquemia/reperfusión y acción antiarrítmica.


Del mismo modo, hay estudios de su efecto vasodilatador, el cual se produce por la vía del óxido nítrico dependiente del endotelio.


Respecto a su uso en la medicina tradicional, Crataegus se ha utilizado desde la antigüedad para tratar diferentes padecimientos a partir de las evidencias de sus propiedades farmacológicas, principalmente para el tratamiento de enfermedades cardiovasculares, como la insuficiencia cardiaca y la hipertensión.


Todas estas propiedades farmacológicas se deben al contenido de sus principales compuestos bioactivos, los cuales pueden tener a futuro otras aplicaciones terapéuticas.



* Diana López Fitz es investigadora en la Facultad de Química, Universidad Autónoma de Querétaro, divulgadora científica en la Revista “Ciencia”, y miembro de la Academia Mexicana de Ciencia.

 

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